El acuerdo de mayoría se gestó en un encuentro a puertas cerradas entre los diputados Marcelo Laspina (Cambiemos), Marco Lavagna (Frente Renovador) y Diego Bossio (Bloque Justicialista), quienes definieron los aspectos técnicos de los cambios que se hicieron al proyecto enviado por el Poder Ejecutivo, bajo el pomposo lema de hacer una “reparación histórica” para los jubilados.
Entre los puntos que generaron más controversia en un plenario de comisiones en la Cámara baja, se ubicó la intención del Gobierno de disponer de las acciones de empresas que integran la cartera del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS, en rigor un 12% del total del paquete en el que también hay títulos públicos y que el kirchnerismo buscó evitar que regresen al mercado.
Acciones y rechazo
Pero Cambiemos, el FR y el Bloque PJ acordaron que esas acciones nunca puedan bajar de un piso del 7% del FGS, por lo que en forma tácita autorizaron a la ANSeS a vender el otro 5%, que es más del 40% de las acciones de la cartera actual del fondo. Este cambio fue rechazado por el diputado Axel Kicillof, del FpV, quien llevó la voz cantante entre los que rechazaron la “ley ómnibus”.
En ese grupo de diputados, que también incluye a los representantes de la izquierda, circularon comentarios sobre el manejo de las acciones que hará el Gobierno y se hicieron advertencias que llamaron la atención sobre la participación del Estado en empresas vitales como YPF y Aerolíneas Argentinas, que pusieron en duda la intención oficial de continuar con la mayoría accionaria.
Más allá de los detalles técnicos del proyecto -que sufrió 30 modificaciones sobre el texto original que envió el Ejecutivo-, las alianzas que se formaron en torno a este debate permiten sacar un par de conclusiones: la primera es que el Gobierno volvió a apoyarse en el peronismo dialoguista, tras los cortocircuitos políticos que se evidenciaron con el veto presidencial a la ley antidespidos.
La segunda conclusión se verifica en el campo opositor: no es la primera vez que bajo las órdenes de Sergio Massa y Diego Bossio, las bancadas del Frente Renovador y el Bloque Justicialista actúan en sintonía en la Cámara de Diputados y dejan aislado al kirchnerismo. Por eso, en los pasillos del Congreso cada vez se habla más de un acercamiento que podría tener una proyección electoral.
Tanto Massa como Bossio son de la provincia de Buenos Aires y expresan a sectores del peronismo no kirchnerista, por lo cual podrían unirse para enfrentar juntos las elecciones legislativas de 2017. En la misma sintonía, por afuera del peronismo, se mueve Stolbizer, quien viene trabajando en conjunto con Massa. A nivel nacional, ese entendimiento podría sumar a Juan Manuel Urtubey.
Todos estos movimientos no pasan inadvertidos para el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, uno de los principales armadores del oficialismo a nivel nacional y con peso específico en territorio bonaerense. En Cambiemos saben que no se pueden dar el lujo de perder en las urnas de la Provincia si quieren afianzar el proceso político que los depositó en el poder en 2015.
Mariano Spezzapria