Domingo, 14 Mayo 2023 12:11

Otro salto del dólar y la inflación, ahora con herramientas gastadas - Por Daniel Fernández Canedo

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Al ministro Sergio Massa le queda una sola bala de plata: la plata del FMI. Pero esa alternativa viene con condiciones. 

Lo sabemos en mayo, pero ocurrió en abril. El salto del dólar determinó un nuevo salto inflacionario en la Argentina de los libretos repetidos. 

El presidente Alberto Fernández comentó, horas antes de que se difunda el aumento del costo de vida de abril, que había dicho al ministro de Economía, Sergio Massa, "tenemos que pararlo" refiriéndose al episodio desatado por un dólar libre que había subido el mes pasado hasta tocar $ 500 generando otra mala noticia respecto del aumento del costo de vida.

Reconociendo implícitamente que el "Rey está desnudo", el Presidente se explayó sobre la estampida del dólar (nunca se refirió al tipo de cambio oficial sino al libre) y su impacto sobre la formación de precios comentando uno de los peores resultados económicos de su gestión.

Si bien sostuvo que le dijo a Massa que tienen que parar la corrida dólar-precios, no avanzó sobre la política a seguir ni los instrumentos en que podrían estar trabajando.

En este campo el Gobierno tiene un solo norte, que es no devaluar, y cree que le queda una sola bala en el cargador, ya que el resto de los instrumentos ya los puso en práctica y se desgastaron.

La bala de plata del ministro Massa es conocida: que el Fondo Monetario Internacional adelante el equivalente a los US$ 10.000 millones que vencen este año o, al menos, la mitad en la primera semana de junio.

La fecha cobra relevancia, no solo porque las reservas del Banco Central ya traspasaron un límite sensible (las "netas" estarían en el plano negativo) sino también por las necesidades políticas del ministro.


El 24 de junio vence el plazo para anotar las candidaturas para las elecciones primarias de agosto y Massa aspira a ser el candidato a presidente por el oficialismo, poniendo como condición que el Frente de Todos vaya con una lista única y alineada a la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Si la candidatura de Massa depende de los dólares del FMI tras el magro resultado del dólar agro de $ 300 en materia de liquidación de divisas, otra incógnita sigue siendo qué nivel de devaluación le pedirá el FMI.

¿El Fondo le dará al gobierno US$ 10.000 millones para fortalecer las reservas y que los pueda ir vendiendo al precio mayorista de $ 229 cuando el dólar contado con liquidación está en $ 431?

La política lo puede hacer posible. El Gobierno tiene el argumento de la pérdida de divisas por la sequía y el aliado Brasil va por los foros internacionales pidiendo ayuda para la Argentina "por razones humanitarias". Todo por un dólar que permita estabilizar algo una situación gravísima.

Un análisis reciente de la consultora ABECEB trata sobre el desgaste de las herramientas a las que apeló ya Economía. Ni las devaluaciones en cuotas (dólar soja 1 y 2 y dólar agro) ni la aceleración de las devaluaciones frente al dólar oficial ni la fuerte suba de la tasa de interés lograron dar vuelta la expectativa negativa sobre lo que viene.

Equilibra, de Diego Bossio y Martín Rapetti, sostiene en su último informe que "no se ve margen para evitar un deterioro de la actividad económica este año. Al arrastre negativo de -03% de 2022 se sumarán el impacto de la sequía, la escasez de dólares y una aceleración inflacionaria que reducirá la demanda interna".

Y concluye: "Así, esperamos una caída del PBI en 2023 de al menos 3%".

El escenario económico frente a lo que resta del año aparece definido en cuanto a indicadores y entre las grandes dudas está la de si la marcha hacia las elecciones podrán modificar las expectativas para 2024.

La escasez de dólares que detenta el Gobierno impide ser optimista en materia de nivel de actividad.

El endurecimiento del cepo cambiario para frenar el pago de importaciones y de deudas con el exterior forma parte de ese panorama sombrío y, como sostiene ABECEB, la clave está si el plan "llegar" de Massa hasta las elecciones no llega.

En los últimos días, el Gobierno consiguió bajar la brecha cambiaria entre el dólar mayorista y el contado con liquidación al 88% y, en otro contexto tal vez hubiese sido un signo de distensión, ya que hace un par de semanas atrás superaba cómodamente el 100%, que se considera un límite para medir la desconfianza.

El punto a considerar es que la baja de los dólares financieros se está logrando a costa de un Gobierno vendiendo, de manera creciente y pronunciada, bonos dolarizados a precio de remate, lo que es equivalente a endeudarse a tasas en dólares siderales.

Daniel Fernández Canedo

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