Enrique Szewach

En algunos estratos del oficialismo se ha planteado que el financiamiento del gigante asiático a nuestras penurias económicas resulta relativamente más conveniente que nuestro acuerdo con el FMI 

La falta de orden político es consecuencia de la falta de orden económico, y no a la inversa 

El Gobierno tendrá que elegir entre un acuerdo para llegar al fin del mandato, a lo Macri, reconociendo que la elección está perdida, o seguir jugando peligrosamente al juego de la gallina 

Las expectativas de aumentos de precios están desancladas. Sin poder político ni ortodoxia instrumentable o heterodoxia posible, a la Argentina le esperan más cepo, caída de la actividad y mayor reducción del poder de compra salarial 

Mientras la Casa Rosada busca gastar los eventuales fondos frescos en la campaña electoral, el organismo quiere mantener “vivo” un acuerdo cuyas metas son incumplibles 

En las próximas semanas veremos si Argentina implementa un mini plan pseudo ortodoxo con algún respaldo del Fondo o si recurre a más policía, cepos y heterodoxias, cuidando los dólares hasta agosto 

En principio, la falta de dólares ajusta por cantidad, es decir, el Banco Central pierde reservas. Pero también ajusta por precio, porque empuja las cotizaciones de los dólares “cuasi libres” 

El último “ancla” disponible para el Gobierno es la caída de la actividad y del poder de compra de la demanda 

Un dólar sectorial pega menos en la inflación en el corto plazo, pero sólo posterga el problema de la falta de reservas, obligando, más temprano que tarde, a más restricciones a la importación, más cepos a la demanda y más inflación 

Paradójicamente, la multiplicación de pobres e indigentes se registra a la par de un constante incremento del gasto público destinado a “proteger” a los sectores vulnerables 

No se anunció ajuste fiscal, sino más emisión monetaria disfrazada; y en el mercado de cambios, lo resuelto hasta aquí tiene gusto a poco 

El Gobierno tiene poco margen de maniobra. Ante la falta de “anclas”, la única contención de la inflación surgirá de la recesión 

Tras el nuevo canje, en cada vencimiento de deuda habrá una parte que se renueve a más largo plazo con “premios”, otra parte a muy corto plazo, y lo restante se cancelará con emisión, presionando sobre la brecha y la tasa de inflación 

El régimen previsional actual se ha vuelto no solo insostenible sino también inequitativo

Con menos ingresos genuinos, menor nivel de actividad y más presión sobre el gasto en un año electoral, hará falta más impuesto inflacionario 

Contener los precios de manera permanente va a exigir otra política fiscal, otra política monetaria, otra política cambiaria y un verdadero cambio organizacional que le devuelva el protagonismo al sector privado 

La política de endeudamiento público debe ser evaluada como parte de un todo. Para evitar un deterioro aún mayor de la situación económica, haría falta un acuerdo de transición entre el oficialismo y la oposición 

En plena carrera electoral, el éxito para el Gobierno será poder demorar el necesario ajuste fiscal y cambiario 

Resulta alentador que el presidente Lula haya apoyado la posición de apertura del Uruguay y esté dispuesto a cerrar, finalmente, el acuerdo entre la Unión Europea y nuestro mercado común 

La perspectiva de un mercado desequilibrado en pesos y desequilibrado en dólares se suma a la habitual mayor demanda de dólares de cobertura en un año electoral  

El Gobierno eligió varias “anclas” para bajar la inflación 1 punto cada 75 días. Sin embargo, todas se muestran bastante débiles para cumplir con el ambicioso objetivo planteado 

La mejora en la evolución de los precios se concentra en el rubro alimentos, en particular la carne. Sin embargo, las expectativas de inflación para el 2023 se ven poco influidas por este dato 

En otra escala, y casi seguramente con menos obscenidad, es probable que haya otros “casitos” similares sucediendo en este momento en distintas jurisdicciones. Hacer más eficiente y transparente la administración de los fondos públicos es parte no menor de la política de estabilización y crecimiento 

Dado que el año que viene no habrá una suba sustancial de exportaciones, ni ingreso de capitales genuinos, ni menor emisión, ni aumento de la demanda de dinero, el régimen cambiario actual se mantendrá. Incluso podría empeorar 

El Gobierno ha diseñado un “plan antiinflacionario” sólo mirando los aspectos no monetarios del aumento generalizado de precios, mientras agrava los monetarios. Esta inconsistencia, sumada a la distorsión de precios relativos, puede durar un tiempo, pero a costa de más inflación futura 

El precio del dólar en todas sus variantes dio un salto durante la última semana. Tal vez fueron las declaraciones del viceministro Rubinstein o el acto opositor que protagonizó el oficialismo, lo cierto es que algo “coordinó expectativas” 

Un acuerdo de precios y salarios puede funcionar siempre y cuando sea un complemento -y nunca como sustituto- de un plan antiinflacionario 

Hasta el momento, la ortodoxia del FMI resulta insuficiente y la heterodoxia kirchnerista, sin dólares ni posibilidad de emitir pesos que no se vuelquen a mayor inflación, no es efectiva

Las elecciones primarias son el mejor predictor del resultado de las generales y funcionan como coordinadoras de expectativas. Dependiendo del contexto, pueden estabilizar o desestabilizar la economía 

Las medidas del Gobierno siguen a merced de presiones políticas, sectoriales y electorales, mientras se trata de mantener con vida al acuerdo con el FMI, que algunos han dado por caído 

Hay un precio del dólar oficial atrasado, compensado con diferentes impuestos y restricciones. Y un dólar libre, “adelantado” producto de esas mismas restricciones 

El Gobierno parece haber dado por terminado el período de acumulación de reservas, para descansar en los ingresos de dólares provenientes de los organismos multilaterales, ajustar el torniquete a las importaciones, y dedicar los próximos meses a gastar con cuentagotas las divisas acumuladas 

Una parte de la coalición oficialista considera que la tasa de inflación se baja a “garrotazos” contra los formadores de precios, mientras otra opina que se requiere un programa que reproduzca las condiciones “exitosas” del primer kirchnerismo 

Los problemas macroeconómicos de la Argentina siguen siendo casi los mismos, pero ahora el Gobierno ya no podrá implementar las mismas políticas económicas 

Los intentos del Gobierno para ordenar los precios de forma gradual, en este contexto de alta inflación, puede terminar generando una aceleración aún más pronunciada de los mismos 

El visto bueno del organismo es condición necesaria para los préstamos del BID, del Banco Mundial y la renegociación pendiente con el Club de París 

Si el intento de magnicidio tuviera como consecuencia un aumento de la popularidad de la Vicepresidenta, podríamos explorar la hipótesis de una radicalización de las ideas económicas del oficialismo 

El ajuste anunciado hasta el momento luce insuficiente dado el desequilibrio original y “obliga” a mantener una tasa de inflación alta para aumentar la recaudación 

Finalmente, el kirchnerismo tuvo que reconocer que se ha vuelto insostenible seguir financiando los costos de los servicios públicos con impuestos generales, deuda, e inflación 

Las medidas anunciadas hasta ahora actúan para frenar el descontrol monetario y estabilizar la brecha, y juegan a favor de evitar una aceleración de la suba de precios. Sin embargo, tanto la reducción de los subsidios económicos como la dificultad del BCRA para ganar reservas operan en sentido contrario 

El Gobierno encara un intento de ordenamiento fiscal en la buena senda de la reducción de subsidios, pero insuficiente. Así buscará reencauzar el acuerdo con el FMI y evitar una espiralización mayor de la tasa de inflación 

Si el Frente de Todos tiene alguna aspiración electoral, o quiere evitar una verdadera debacle, tendrá que encarar rápidamente un programa que controle el gasto y la emisión para tener algún margen de maniobra el próximo año 

Los datos del mes pasado reflejan una situación que ya no existe, sino que se agravó con las últimas medidas del Gobierno 

Lo preocupante no es sólo la insuficiencia aparente de las medidas -sin números resulta difícil sacar conclusiones rotundas-, sino por la imagen que se da de subestimar los problemas 

La macroeconomía argentina ha entrado en una peligrosa dinámica derivada de la acumulación de un desorden fiscal y monetario 

El kirchnerismo duro considera que el camino de la estabilización a través del acuerdo con el FMI lo conducirá a una derrota electoral el año próximo. Con ese diagnóstico, el riesgo de “profundización” del desastre actual no es menor 

El kirchnerismo duro debe resignarse a un mayor ajuste fiscal, o embarcar al Gobierno en un peligroso camino de mayor impuesto inflacionario, mayor cepo, recesión, mayor brecha, y cada vez menos reservas 

La alternancia entre ajuste y expansión del gasto genera incertidumbre. Ante el panorama actual, es difícil pensar un escenario “tranquilo” de corto plazo 

Sin un mayor ajuste fiscal, nos enfrentamos a un escenario de emisión, colocación compulsiva de deuda entre inversores institucionales, más restricciones al acceso al mercado oficial de cambios, y más presiones inflacionarias 

Mientras la interna del Gobierno se refleja en el ir y venir de anuncios inconsistentes, las expectativas de inflación siguen sin encontrar otro freno que el nivel de actividad 

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