Carlos Berro Madero
En los 70, el sociólogo estadounidense Alvin Toffler advirtió que durante el transcurso de los años siguientes millones de seres humanos sufrirían una brusca colisión con el futuro.
La presidente entre las sombras del actual gobierno kirchnerista –Cristina Fernández-, está convencida que sus teorías políticas son una “ciencia probada” sobre la evolución de las leyes de la naturaleza y la revolución de los explotados, constituyéndose en una guía para la solución de todos los problemas económicos, sociales, políticos e intelectuales de nuestro país…y del mundo entero.
Las expresiones de indignación popular frente al abismo al que nos asomamos por la falta de rumbo del gobierno requerirán más esfuerzo aún de nuestra parte, vista la obstinación del kirchnerismo que intenta mantener un statu quo “a su medida”, en medio de una tormenta social en ciernes.
“Si te enfermas viendo lo que hacen y dicen algunas personas, nunca pierdes el recurso de mover tus pasos en otra dirección” - Elwyn Brooks White, escritor y ensayista estadounidense
El historiador polaco Leszec Kolakowski señala que la palabra “problema” implica por lo general que existe una técnica para resolverlo, y que, con mayor o menor dificultad, podemos llegar a encontrarla. En tal punto, agrega, el susodicho problema dejará de ser tal.
Vivimos un momento en que las grandes ideas políticas –que movieron a varias generaciones ilustres-, han sido reemplazadas por un rosario de desatinos puestos en marcha por sucesores de aquellas que intentan reactivar -por ahora sin éxito-, el ánimo de una sociedad fatigada, absorta y profundamente angustiada.
“El mendigo dista de sentir su miseria con tanta intensidad como la finge, si quiere vivir de la mendicidad”
- Frederich Nietzsche
Hemos recordado especialmente al magistral Ortega y Gasset en estos días, cuando alertaba acerca de que “una sociedad dividida en grupos discrepantes, cuya fuerza de opinión queda recíprocamente anulada, no da lugar a que se constituya un mando.
Estamos viviendo en un escenario donde la pandemia y las controversias entre datos estadísticos trucados y verosímiles, comienzan a causar serios disturbios sociales, incentivados por los desatinos políticos del gobierno.
Un error nefasto, muy habitual en nuestros dirigentes políticos, consiste en tratar de ocultar que no tienen la menor idea de la índole de algunos temas que abordan con pompa y circunstancia.
“No todo lo que puede ser contado cuenta y poco de lo que cuenta puede ser contado”
- Albert Einstein
Como nuestro futuro inmediato dependerá de las actitudes que adopte nuestra Vicepresidente de aquí en más respecto de una crisis que ya tiene color, olor y forma bien definida, creemos necesario analizar nuevamente el espíritu que anima a quien evidencia tener una imaginación puesta al servicio de sus pasiones:
Jaime Balmes dedicó una parte de su obra a describir el mundo, clasificándolo según las chances de máxima o mínima concreción “posible” para la vida humana, recordándonos que la palabra “imposibilidad” expresa siempre la repugnancia entre dos objetos.
El “activismo” kirchnerista ha evidenciado con creces su perfecta futilidad conceptual, mientras utiliza a la “masa” para consolidar una aventura hegemónica que nos está hundiendo – cuanto menos-, en la irrelevancia.
“Los Fernández” han confirmado, una vez más, que la neo corteza cerebral depende del equilibrio de una pequeña “amígdala” (órgano alojado en el lóbulo frontal del cerebro) que trabaja como un centinela emocional.
Muchos ciudadanos que se consideran cultos y racionalistas respecto de lo que afecta su vida cotidiana, aceptan sin más la validez de ciertas doctrinas que exceden cualquier versión “naturalista” de la realidad, quedando ligados así a las arbitrariedades de sus más caras convicciones personales.
La igualdad de los derechos, la justicia social, el considerar injusta la explotación del hombre y el repudio a la opresión de los “poderosos”, han sido las banderas obsesivas del discurso kirchnerista.
La ambición suele ser un instrumento apto para la especulación política y excita el ánimo de quienes compiten por mantenerse “a salvo” en una función de gobierno.
Nuestra sociedad en general vive de obsesiones que parecen ignorar algunos conceptos del clérigo protestante estadounidense Robert Jones Burdette, cuando dice con crudeza: “no creas que el mundo te debe una forma de vida placentera; el mundo no te debe nada, porque estaba aquí mucho antes que TÚ”.
La necesidad de confirmar obsesivamente una nueva identidad colectiva, aderezándola con argumentos reivindicatorios que pretenden retrotraernos a un pasado escandaloso, exhibe al gobierno tratando de borrar la noción del tiempo, en cuanto devenir histórico.
“Cuando las expectativas de una sociedad quedan reducidas a cero, ésta comienza a apreciar realmente todo lo que puede perder”
- Stephen Hawking
Ha comenzado el intento del kirchnerismo “cristinista” para lograr que un Máximo (“mínimo”) con un curriculum vidrioso, escale a la presidencia del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, para librar desde allí la madre de las batallas en las elecciones de 2021.
Hace algunos años, leímos una frase del poeta y diplomático estadounidense James Russell Lowell (siglo XIX), que nos quedó grabada por su agudeza, con la que comenzamos nuestras presentes reflexiones: “algunos contratiempos –aseguraba entonces-, funcionan como cuchillos: pueden servir indistintamente para cortar o cortarnos, según los tomemos por el mango o por el filo”.
El kirchnerismo pretende mantenernos inmersos en una mediación erudita e innecesaria entre nosotros y la realidad, como señalaba George Steiner respecto de hechos semejantes al acto político montado en el Estadio Único de La Plata, diseñado de acuerdo con la tradición de las movilizaciones partidarias soviéticas y/o nacionales socialistas.
“La diferencia que media entre un hombre vulgar y otro sobresaliente, consiste en que ÉSTE advierte con claridad, distinción y exactitud, lo que AQUÉL sólo reconoce de manera inexacta, confusa y oscura”
- Jaime Balmes
Cuando alguien que ha disfrutado siempre de una gran fortuna sin hacer nada por los pobres durante años, intenta reciclarse repentinamente como un campeón del asistencialismo, mueve, cuanto menos, a sospecha.
Dice Ortega y Gasset que el más y el menos de una cultura se mide por la mayor o menor precisión de las normas; agregando acto seguido que donde éstas son excesivas y penetran hasta el detalle en todas las actividades, provocan automáticamente “muy poca cautela y cuidado por ajustarse a la verdad de los que hablan y escriben” (sic).
“Más tarde o más temprano en este mundo, muchos descubren que la felicidad perfecta es irrealizable; sin embargo, algunos de nosotros, al hacer una pausa, consideramos también su antítesis: la “in”felicidad perfecta es también imposible”
- Primo Levi
“El Estado es siempre, cualquiera sea su forma -primitiva, antigua, medieval o moderna-, la invitación que un grupo de hombres hace a otros grupos humanos para ejecutar juntos una empresa. Esta empresa, CUALESQUIERA SEAN SUS TRÁMITES INTERMEDIARIOS, CONSISTE A LA POSTRE EN ORGANIZAR UN CIERTO TIPO DE VIDA EN COMÚN” - José Ortega y Gasset
Es muy probable que de alguna manera estemos asistiendo a los manotazos desesperados de un peronismo que se encuentra frente a un fin de ciclo -impensable hasta hace poco tiempo-, e intenta controlar la desaparición de su homogeneidad política instrumental.
En la vida real, esa que nos atraviesa a todos por igual, no se puede cambiar de estación televisiva cuando algo nos disgusta; por lo que nada vivido en el presente puede corregir los efectos de malas decisiones tomadas de antemano.
Ortega y Gasset sostenía en su tiempo que pertenecemos a un mundo y una época, en la medida que somos capaces de prepararnos para la batalla “en uno u otro lado de la trinchera abierta por ella”.
Muchos “arranques” de tipo emocional provienen de un asalto nervioso que declara dentro del individuo un estado de emergencia, desencadenando en él reacciones intempestivas que lo mueven a hacer elecciones de vida incomprensibles y desafortunadas.
“El maestro quiñones, que no sabía leer y daba lecciones” (refrán popular) - Por Carlos Berro Madero
Decididamente no queda otro remedio que tomarse al gobierno para la chacota haciéndose eco del dicho que encabeza estas reflexiones, habida cuenta de su ineficiencia supina para manejar una realidad que se ha hartado de enviar señales claras al FPT (desde Cristina para abajo, a TODOS).
En su respuesta a los dichos del ex Presidente Mauricio Macri durante una entrevista mantenida por éste con Morales Solá, solo ha atinado Ud. a lanzarle espumarajos por la boca, impropios de una persona que se dice “mesurada” y “dialoguista”.
La ideología neo marxista –en la cual abreva gran parte del kirchnerismo duro-, se ha lanzado en masa a desacreditar cualquier movimiento social que “huela” a capitalismo democrático, señalando que ha perdido significación para cualquier evolución social.
Algunos apuntes de los discursos del “Che” Guevara cuando fue Presidente del Banco Central de Cuba en los albores de la revolución caribeña, permiten encontrar curiosas similitudes con algunas “sarazas” del Ministro de Economía de los Fernández, Ricardo Guzmán, cuando asegura que el gobierno que lo ha convocado no apunta a bajar el gasto público (ineficiente y corrupto) desde ningún punto de vista, implicando que sostendrá a rajatabla la vida de un paquidermo que nos está triturando los huesos desde hace años.
El efecto más notorio de ciertas chapucerías políticas consiste en tratar de sostener sistemas de gobierno agotados, tratando de adornarlos de una falsa apariencia de buen funcionamiento, para lo cual sus funcionarios suelen aferrarse a “drogas” conceptuales abstractas e inverosímiles.
Oriana Fallaci, la inolvidable y combativa periodista italiana, dijo alguna vez: “si las ortigas me invaden, si la hiedra me asfixia, si un insecto me envenena, si un león me muerde, si un ser humano me ataca, lucho contra ellos”.
El engaño supone siempre falta de veracidad; y también un tipo de traición de quienes tratan de ocultar sus intereses sospechosos especulativamente; intereses cuya verdad, de ser revelada con anticipación, daría tiempo a los eventuales engañados a precaverse de los efectos de la misma.
Se ha escrito bastante sobre la historia del peronismo, y está bien, porque toda aventura humana tiene un origen y una razón de ser; es decir, causas y escenarios originales que la explican e iluminan su presente.
“Tener glorias comunes en el pasado, una voluntad común en el presente; haber hecho juntos grandes cosas”, decía Renan, “y querer hacer otras más, he aquí las condiciones esenciales para ser un pueblo. En el pasado una herencia de glorias y remordimientos; en el porvenir, un mismo programa para realizar. Porque la existencia de una nación es un plebiscito cotidiano”.
Alberto Fernández, está demostrando que le preocupa la marcha de su gobierno en la medida que se relacione con lo que él ha decidido que es importante, prodigando sonrisas y favores solo a quienes satisfacen y/o festejan sus exigencias, mientras enfrenta acremente a todos los demás.
Estamos convencidos que los argentinos tendremos que recuperar algún día el interés por interrogarnos, en soledad, sobre lo que estamos haciendo con una realidad que “se nos niega”, cual potro redomón.
Durante las últimas semanas, hemos hecho hincapié en el escenario de rivalidades y violencias verbales del gobierno kirchnerista, aferrado -pese a los esfuerzos del Presidente-, al discurso flamígero “selectivo” habitual de Cristina Fernández.
El comando “a distancia” de Cristina Kirchner comienza a tomar protagonismo creciente, trabajando en tándem perfecto con su “operador” todo terreno, quien ocupa el sillón de Rivadavia comportándose como un camaleón, útil para allanarle a la abogada exitosa el ir y venir sobre cualquier tema de su interés, a fin de amoldarlo a su gusto y paladar.
Al analizar la nueva “movida K”, se acentúan nuestros recelos respecto de un tema que se intenta resolver por un supuesto “clamor popular”, favorecido por la tozudez de una mayoría de ciudadanos de poca memoria, que votó a los candidatos del gobierno en diciembre creyendo en sus promesas de haber regresado “mucho mejores” (¿).
El kirchnerismo ha logrado que terminemos nadando todos en un estanque de aguas fétidas, donde lo bueno, lo verdadero y lo ilustre nadan mezclados con diversos microorganismos que han terminado infectando nuestra salud física y mental.
Nietzsche señalaba que el drama de todo fabulador consiste en la creación de un escenario sin retorno para él, porque quienes han sufrido algún tipo de daño personal por sus mentiras, jamás le restituyen la confianza que alguna vez pudieron haberle dispensado.
Muchos egocentristas suelen defenderse de las acusaciones que se les formulan por su encierro psicológico, asegurando que lo que ellos buscan no es ni más ni menos que lo anhelado por todos.