Los números salen de un informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba y son de autoría de Lucas Navarro, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la entidad. Y muestran que la estrategia de mantener un déficit alto de las cuentas públicas, financiarlo con emisión monetaria y luego sacar los pesos excedentes de la calle a través de la colocación de Leliq tiene un efecto perverso: multiplica la emisión monetaria el propio instrumento que se utiliza para reducir el dinero en circulación.
“La política monetaria en Argentina es altamente dependiente de las cuentas del sector público. Cada vez que el BCRA imprime pesos para cubrir al Tesoro aumenta la base monetaria. Desde diciembre de 2019 la emisión monetaria con ese fin superó los $3,2 billones, lo que explica por qué, aún con controles de precios y tipo de cambio oficial intervenido, los niveles de inflación actuales superan el 50% anual”, argumentó el informe.
“Para evitar que semejante expansión monetaria tenga un impacto inflacionario aún mayor, el BCRA retira parte de ese excedente de pesos endeudándose con los bancos, los que compran LELIQ y Pases, pagando un interés que oscila entre 32% y 38% anual, por debajo de la inflación”, continuó.
“Por un lado el financiamiento monetario del déficit fiscal expande la base monetaria y, por el otro, las Leliq y Pases la contraen. Los bancos le prestan al BCRA retirando de esa forma base monetaria de circulación; desde diciembre de 2019 a la fecha esos pasivos de la autoridad monetaria con las entidades se multiplicaron por más de cuatro”, agregó.
“Un problema adicional es que el BCRA también emite dinero para pagar los intereses de esa deuda, con lo que tiende a absorber con aún más LELIQ y Pases. En lo que va de este año la emisión por pago de intereses ya supera el billón de pesos e iguala al billón emitido para financiar el déficit fiscal acumulado a octubre”, señaló el informe.
Así, según cálculos de la Bolsa de Comercio de Córdoba, hoy 4 de cada 10 pesos que componen el stock de Leliq corresponde a intereses pagados desde fines de 2019. Es decir, no es emisión monetaria para financiar al déficit sino emisión monetaria que surge como costo de tratar de sacar los pesos que se emiten para financiar el déficit. Una bola de nieva que no para de aumentar la oferta monetaria.
“En un contexto de muy baja confianza en el peso, absorber emisión monetaria con Leliq y Pases equivale a moderar la inflación presente a cambio de más inflación en el futuro. Para reducir las expectativas inflacionarias debiera plantearse un sendero creíble de reducción del déficit fiscal, con menos financiamiento con emisión hacia el Tesoro, y de convergencia hacia la independencia del Banco Central”, sintetizó el trabajo de Navarro.
“Como no hay perspectivas de avanzar con medidas que ayuden a corregir el descalabro fiscal y monetario, la base monetaria ampliada continuará presionando al alza los tipos de cambio libres y la brecha cambiaria, lo que, combinado con una posición de reservas del Banco Central cada vez más débil, hace muy probable una devaluación del tipo de cambio oficial, que se trasladará a una mayor inflación en 2022″, concluyó el reporte.