Jorge Enríquez

La Corte ha cumplido cabalmente su misión de custodiar la Constitución

Una de las noticias de la semana fue el “renunciamiento” de Cristina Kirchner a ser candidata a presidente. Los medios le dieron una relevancia excepcional, pero cuesta entender el motivo, ya que desde diciembre pasado lo había dicho en por lo menos dos oportunidades más. Y no le debería asombrar a nadie, ya que de acuerdo a todas las encuestas su imagen negativa es tan alta que perdería ampliamente en cualquier escenario.

Hace pocos días se celebraron los 75 años de la creación del Estado de Israel. Un alto funcionario del Gobierno recordó el acontecimiento de un modo llamativo.

El 15 de marzo del año pasado, durante un acto público, Alberto Fernández anunció solemnemente: “El viernes arranca la guerra contra la inflación, vamos a terminar contra los especuladores y vamos a poner las cosas en orden". Era algo extraño que recién se ocupara de la inflación dos años después de iniciar su mandato, pero mejor tarde que nunca. Ese viernes, el 19 de marzo, los argentinos nos dispusimos a escuchar el mensaje presidencial imaginando que se lanzaría un plan sistemático, con medidas drásticas, audaces y coherentes entre sí.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó dos medidas cautelares que suspenden las elecciones provinciales previstas para el próximo domingo en Tucumán y San Juan. No son fallos que resuelven definitivamente la cuestión, sino que impiden que un hecho consumado que torne ineficaz una decisión judicial posterior.

En estas horas de zozobras cambiarias y de inflación desbocada, puede parecer irrelevante recordar aquel hecho histórico. Sin embargo, aunque la relación no surja a primera vista, la causa última de este y otros males que aquejan a nuestro país es el desapego por la cultura constitucional

Mediante un video difundido por las redes sociales, Alberto Fernández anunció que no se presentará como candidato a la reelección presidencial. Esa decisión, que no puede sorprender a nadie por provenir de un presidente que tiene una imagen negativa altísima y que es rechazado mayoritariamente incluso en su propia fuerza política, es presentada por los pocos aduladores que le quedan como un “renunciamiento histórico”.

El peronismo, en sus distintas vertientes, ha logrado imponer, aún en quienes habitualmente no lo votan, la idea de que es el único que puede gobernar. A la luz de la desastrosa situación actual de la Argentina, se trata de un argumento más bien curioso. Por lo menos en su variante kirchnerista, se ha demostrado que efectivamente solo pueden gobernar mal. Pero lo que subyace a esa idea es que, bien o mal, el peronismo asegura la gobernabilidad porque dispone de un conjunto de factores de poder al margen de la institucionalidad democrática.

El viaje de Alberto Fernández a los Estados Unidos no aportó nada significativo para la Argentina, pero sirvió para confirmar el rumbo errático de su gobierno y la ya irremontable vacuidad de su persona, que ha convertido a la investidura presidencial en un meme permanente.

La decisión de Mauricio Macri de no presentarse como precandidato a presidente de Juntos por el Cambio es una muestra elocuente de que en su trayectoria política no lo guían apetencias personales, sino el firme compromiso de contribuir a cambiar definitivamente a la Argentina.

En el marco del disparatado y circense juicio político que se viene desarrollando en una comisión de la Cámara de Diputados de la Nación contra los ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el fiscal federal Carlos Stornelli fue citado a declarar como testigo por la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados de la Nación. Manifestó que lo haría por escrito, de acuerdo a la facultad que le confiere la Ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal de la Nación.

La exposición del presidente fue una monocorde reiteración de cifras falsas, que no despertó ni siquiera el entusiasmo de los legisladores oficialistas

El inicio de las audiencias en la comisión de juicio político de la Cámara de Diputados de la Nación confirma los temores que habíamos expuesto en anteriores artículos. Como el propósito formal del juicio político, es decir, la remoción de los jueces de la Corte Suprema, no ha de prosperar por falta de las mayorías en los plenos de ambas cámaras, la finalidad real es alargar lo más posible el trámite en la comisión para montar una puesta en escena con diversos objetivos: desviar la atención pública de la desastrosa gestión del kirchnerismo; crear chivos expiatorios a los que culpar por ese rotundo fracaso (parece una broma, pero han llegado a decir que la Corte es la causante de la inflación).

El show debe continuar. Si la inflación devora el poder adquisitivo, si no se crean empleos genuinos, si arrecia la inseguridad, nada mejor que buscar chivos expiatorios. El Presidente dijo que había debido afrontar la pandemia y la guerra. No sabíamos hasta ahora que Rusia había atacado también a la Argentina. Quizás Alberto Fernández nos lo ocultó para no causar preocupación y pudo repeler la invasión al mando del Vatayón Militante.

El pedido de juicio político que ha formulado el kirchnerismo es un verdadero mamarracho. Abunda en descalificaciones personales, teorías conspirativas y carece de fundamentos concretos.

Argentina es motivo de asombro por su larga decadencia, pero no lo es menos ahora por su curiosa degradación del presidencialismo

Tres dictadores iban a visitar el país: el cubano Miguel Díaz Canel, el venezolano Nicolás Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega. El motivo de la visita era la cumbre de la CELAC, pero Maduro ya confirmó que no vendrá.

El kirchnerismo es incompatible con la independencia judicial. En esto, es coherente con los peores aspectos que exhibió desde su fundación el peronismo. Una de las primeras acciones que llevaron a cabo, con distintas modalidades, Perón, Menem y Kirchner fue embestir contra la Corte Suprema. Cada uno de ellos consiguió, con mayor o menor extensión, sus objetivos. La particularidad de Alberto Fernández es que lo intenta en el crepúsculo de su gobierno y sabiendo que no lo va a lograr.

Si Alberto Fernández no cumple la orden que le dio la Corte Suprema, se habrá puesto al margen de la Constitución. No sería entonces el ridículo “presidente de las tres copas”, sino un presidente de facto desprovisto de toda legitimidad

El fútbol es en la Argentina una cosa seria. De otra forma no se explica que en Qatar nuestra Selección fuera "local" en todos los partidos. Quien haya visto a los argentinos pasearse durante varias semanas por ese emirato habrá pensado que el salario medio en nuestro país es de los más altos del mundo, cuando en verdad ya tan solo cruzar a Uruguay es para quien recibe ingresos en la Argentina demasiado caro.

El 10 de diciembre es una fecha de todos los argentinos. Ese día de 1983 se inició nuestra democracia, que ha atravesado duras pruebas, como las grandes crisis económicas, pero mantiene su vigencia. El año próximo se cumplirán 40 años de esa luminosa jornada, tan cargada de esperanzas.

Poco se sabe de la actuación de Juan Manzur como jefe de Gabinete. Cuando fue designado, quiso llamar la atención pública convocando a reuniones de gabinete a las siete de la mañana, como una señal de gran dinamismo, pero siguió enfocado en lo que pasa en Tucumán.

El kirchnerismo desconoce el fallo de la Corte en el amparo promovido por los senadores Juez y Schiavoni que declaró nulo el decreto parlamentario de Cristina Kirchner, que designaba como representante en el Consejo de la Magistratura por el segundo bloque minoritario al senador Martin Doñate.

La Corte Suprema volvió a poner las cosas en su lugar ante un nuevo abuso del kirchnerismo.

Cuando leí algunas de las recomendaciones del Manual que editó el INADI para los periodistas que cubran el Mundial de Fútbol de Qatar pensé que se trataba de las bromas que se suelen hacer en las redes sociales. Pero, para mi asombro, el asunto es en serio. Mejor dicho, es ridículo, pero auténtico. El Estado, a través de la señora Victoria Donda, titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), pretende ejercer una policía del lenguaje.

La pretensión, introducida subrepticiamente, de que el impuesto a las ganancias se extienda a todos los jueces, no se funda en un análisis teórico o principista, sino en un evidente propósito persecutorio

Por unanimidad, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto para declarar de utilidad pública y expropiar el predio donde ocurrió la tragedia de Cromañón, en la Ciudad de Buenos Aires.

Cada partido político tiene derecho a celebrar las fechas que considere relevantes para su identidad. Para el peronismo, esa fecha es el 17 de octubre, en conmemoración de los acontecimientos ocurridos en ese día de 1945, que cimentarían la candidatura presidencial de Juan Domingo Perón, victoriosa en las elecciones del 24 de marzo de 1946.

Uno de los rasgos de las democracias robustas es que el sistema electoral tiene una larga permanencia en el tiempo. Su modificación responde a generalizados consensos, no a propósitos subalternos

Cristina Fernández de Kirchner entre Hans Kelsen y Lázaro Báez.

El kirchnerismo es diestro en ocultar sus peores intenciones con los más dulces envoltorios. La subordinación de los jueces es la democratización de la Justicia; el discurso único, la pluralidad de voces; la revancha contra el sector agropecuario, la soberanía alimentaria. Muchos –entre ellos, algunos militantes de la “antigrieta”– sucumben a ese encantamiento para descubrir muy tarde que fueron estafados. Lo llamativo es que vuelven una y otra vez a tropezar con la misma piedra, como si no tuvieran memoria.

El que, según las imágenes elocuentes que desde el inicio se difundieron, sería un intento de homicidio a Cristina Fernández de Kirchner es un hecho grave, que merece una rápida y profunda investigación.

Desde lo más altos funcionarios del Estado, con Alberto Fernández a la cabeza, lanzaron versiones falsas y amañadas sobre el juicio y la acusación de Cristina Kirchner en la causa Vialidad

No habrá desarrollo económico y equidad social si no es sobre la base de la legalidad y la decencia.

Acorralado por la crisis que su torpeza gubernamental creó, el kirchnerismo enfatiza su vocación autoritaria. En los últimos años, se dedicó a impugnar como “discursos de odio” a todas las manifestaciones críticas de la oposición y de sectores independientes.

La Argentina se asoma, una vez más, al abismo. Es imperdonable, porque lo hace en medio de un contexto internacional extremadamente favorable para su economía. Con los actuales precios de los productos que exporta, debería estar en un ciclo ascendente de prosperidad. Pero no hay soja que pueda resistir la feroz lucha contra el progreso que desde hace muchos años emprende el “progresista” kirchnerismo.

En su último discurso, la Vicepresidenta volvió a dejar en evidencia su notable ignorancia acerca de las más elementales nociones de la economía

En la tradición peronista, ya se vista de derecha o de izquierda, es inconcebible que la Justicia sea independiente. En especial, los gobiernos de ese signo buscan desde el primer momento contar con una Corte Suprema adicta.

Hay que destacar el rol del médico psiquiatra, el profesional más idóneo para decidir sobre una posible internación.

La democracia no consiste solo en votar, pero empieza por el voto. Para que sea cada vez más sólida y legítima, debemos extremar los recaudos que aseguren desde su origen que la voluntad del pueblo se exprese con plenitud

 

En la votación con respecto al acuerdo con el FMI no se trataba de mostrar quién era más opositor. Lo que se debía hacer es pensar en nuestros compatriotas, que habrían vivido en condiciones todavía peores si entrábamos en default

 

El reconocimiento del gobierno ruso de Putin de dos regiones del este de Ucrania, las autoproclamadas “repúblicas populares” de Donetsk y Lugansk, ubicadas en la región del Donbass, como estados independientes, y la orden a sus fuerzas armadas de ingresar a estos territorios para “asegurar la paz”, fue el inicio de un conflicto bélico de consecuencias imprevisibles. Que un país unilateralmente reconozca como independientes a partes de otro e ingrese militarmente para asegurar ese reconocimiento es una manifiesta violación del principio de integridad territorial de un Estado soberano, de la Carta de las Naciones Unidas y de preceptos fundamentales del derecho internacional.

 

En su gira internacional, Alberto Fernández hizo gala de un discurso de cabotaje, destinado únicamente al consumo nacional

 

El piquetero Luis D´ Elía convocó a una marcha contra la Corte Suprema para el martes próximo. Su propósito es que los miembros del alto tribunal renuncien a la noche de ese día. Les concede, magnánimo, unas horas para reflexionar, “y puedan desatar la institucionalidad democrática en la República Argentina en un debate que nos permita ver cómo los reemplazamos”. D´Elía tiene una larga experiencia en putsches. Sus acólitos aún recuerdan con admiración el día en que tomó una comisaría para exigir la liberación de un detenido.

 

Es probable que nunca sepamos con precisión cómo ocurrió la muerte de Alberto Nisman, pero la hipótesis del suicidio es tan absurda que no merece consideración. Sostener que fue asesinado no implica imputar la autoría a nadie en particular.

 

La reforma constitucional de 1994 introdujo un nuevo órgano, el Consejo de la Magistratura, con diversas funciones; entre ellas, las de seleccionar los candidatos a jueces mediante concursos que valoraran su idoneidad, y la de intervenir como acusadora en los procedimientos de remoción de estos. Ambas competencias le correspondían antes exclusivamente al poder político.

 

 

Hay quienes creen que el contexto del país no se presta a festejos. Coincido, pero el resultado favorable abre una ventana que sí es digna de celebración. Pero las palabras y los gestos deben ser sobrios y moderados. La Argentina vive horas sombrías

 

 

Al cumplirse veinticinco años de la sanción de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires es oportuno reflexionar sobre ese acontecimiento para la vida de los porteños y para el federalismo argentino, cuya importancia no se suele dimensionar cabalmente.

 

 

Lejos de favorecer a los necesitados, esta práctica los someten más, les restringe su libertad y los obliga a permanecer en la pobreza

 

 

Muchos se sorprendieron por los resultados de las elecciones del domingo. Las encuestas anticipaban un triunfo nacional del oficialismo. Se especulaba acerca de cómo se leerían esas cifras. Si la distancia no superaba los cinco puntos, Juntos por el Cambio podía considerar que había hecho un papel digno.

 

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