Jorge Raventos

 

Los mercados se expresaron en su propio idioma: bajó significativamente el índice de riesgo del país y la opinión pública está premiando al Presidente con un 60% de imagen positiva.

 

El nuevo período presidencial se inicia determinado por la política internacional, una circunstancia que subraya el rol que deberá cumplir el flamante canciller, Felipe Solá tanto como los responsables de la economía, Martín Guzmán y Matías Kaufas.

 

 

Alberto Fernández prometió que recién a mediados de la semana, menos de siete días antes de asumir la presidencia, anunciará la composición de su gabinete.

 

 

Ya en la recta que conduce al traspaso de mando en Argentina, la política local produce sus ajustes de última hora mientras mira observa atentamente lo que ocurre en la región, donde se registra un doble regreso al escenario: el de las grandes manifestaciones que se despliegan en las calles y, en paralelo, el de una incipiente presencia activa de los militares; en algunos casos (el Brasil que preside Jair Bolsonaro) para virtualmente cogobernar, en otros (Ecuador, Chile, Perú), para prestar auxilio a los gobiernos civiles en funciones, y en otro (Bolivia) facilitando el derrocamiento del presidente en ejercicio.

 

 

A mediados de octubre, cuando crecían en Chile las manifestaciones de oposición al gobierno de Sebastián Piñera, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, se apuró a declarar que "en Chile no hay una protesta social, sino una insurrección con carácter cuasi terrorista (...) hay un intento de hacer caer ese gobierno".

 

 

El gobierno de Estados Unidos de Donald Trump se guía por hechos, no por palabras.

 

 

El viernes por la tarde, horas antes de iniciar su primer viaje al exterior como presidente electo (destino: América del Norte, más precisamente Méjico), Alberto Fernández recibió una llamada muy importante.

 

 

No hubo preguntas periodísticas ni cruces previstos entre los propios competidores: se trató de un debate sin debate.

 

 

La victoria del radicalismo mendocino que lidera el gobernador Alfredo Cornejo en el comicio provincial del último domingo, representó un contratiempo para el entusiasmo del peronismo, pero no fue de gran ayuda para la Casa Rosada. Los radicales mendocinos no quisieron recibir enviados del gobierno nacional a la hora de los festejos: "¿Qué p... tiene que hacer Macri acá, en una elección de la provincia?".

 

 

Este sábado, en Barrancas de Belgrano, el gobierno inicia una larga marcha en pos del milagro de una recuperación electoral en octubre capaz de habilitar el albur de un ballotage en noviembre. Una conmovedora muestra de fe que acaso obtenga un primer consuelo el domingo en Mendoza, si el radical Rodolfo Suárez gana la disputa por la gobernación provincial a la candidata kirchnerista Anabel Fernández Sagasti.

 


Aunque la expresión tiene una resonancia alarmante, no es exagerado afirmar que el país camina al borde del vacío de poder. Después de las primarias del 11 de agosto (esa elección que, según Elisa Carrió, "no existió"), la presidencia de Mauricio Macri quedó prendida con alfileres, se agudizó la incidencia de la economía sobre la gobernabilidad y se estableció para el Gobierno una dependencia creciente de sus relaciones con el bando victorioso, que no está encabezado por un presidente legalmente electo aún, sino por el candidato que -según la mirada realista de la mayoría de propios y ajenos- lo sucederá... en el mejor de los casos, en el aún lejano mes de diciembre.

 

 

Se ha comparado la manifestación de apoyo a Mauricio Macri del sábado 24 de agosto, convocada desde Madrid por Luis Brandoni y Juan José Campanella, con aquella `Plaza del Sí' de abril de 1990 que promovió el periodista Bernardo Neustadt en respaldo del gobierno de Carlos Menem.

 

 

Para hacerse cargo de la etapa final fue convocado Hernán Lacunza, un funcionario sobrio, eficaz y respetado.

 

 

Finalmente, el miércoles 14 se produjo el encuentro telefónico entre Mauricio Macri y su probable sucesor, el triunfador de las PASO, Alberto Fernández.

 

 

El realismo indica que la prioridad no puede ser ya la reelección, sino la gobernabilidad presente y futura.

 

 

A 48 horas de las PASO, los encuestadores suspiran de alivio ante la prohibición de difundir sus estudios: están embargados por la perplejidad, no se consideran en condiciones de pronosticar un ganador.

 

 

En el último tramo de la primera etapa de una carrera electoral que concluye en octubre (la extrema polarización induce a pensar que no habrá segunda vuelta), el oficialismo, aunque todavía perdidoso en las encuestas, empieza a evidenciar algunas capacidades estratégicas.

 

 

Los Fernández siguen primeros y, pese al discreto vaticinio optimista del oficialismo, podrían ganar en octubre. Inclusive, si se dan ciertas circunstancias, podrían imponerse directamente en primera vuelta. ¿Vuelve Cristina, entonces?

 

 

Las últimas encuestas -enmarcadas en la, por varias semanas, serena navegación del dólar y en la atmósfera de apertura suscitada por la incorporación de Miguel Pichetto al vértice oficialista- alimentan el optimismo del gobierno.

 

 

Fernández pierde los estribos, discute con los periodistas y termina evocando las actitudes de las que quiere tomar distancia.

 

 

La firma del acuerdo estratégico borra de la campaña la discusión entre la gestión del gobierno de Mauricio Macri y los modales y prácticas de la gestión anterior. El nuevo escenario impone un debate sobre el hoy y el mañana, obligando a la Argentina a involucrarse en el flamante bloque con sus socios y vecinos.

 

 

 

La candidatura del liberal significaba un problema para el Gobierno, que vería reducido su caudal electoral. Para luchar contra esa posibilidad se valieron de Alberto Assef, veterano político que estuvo con Perón, Seineldín, Menem, Kirchner y Massa. Marcos Peña y Máximo K tuvieron un rol clave en la conformación de las listas.

 

 

 

Pichetto sería una bisagra para permitir que el nuevo período sea una transición normalizadora.

 

 

El compañero de fórmula de Mauricio Macri bien pudo haber estado en la lista de Alternativa Federal. Pero siempre le tiró centros al área al Presidente, que terminó incluyéndolo en el binomio oficialista para satisfacer las demandas de apertura de la UCR. La figura del nuevo candidato tuvo un efecto inmediato en la cotización del dólar y en las expectativas de triunfo de la coalición gobernante.

 

 

La visita de Jair Bolsonaro puede ser considerada como un capítulo más de la campaña electoral. Mauricio Macri llamó a un acuerdo en el que la base era que Cristina Kirchner no volviera a gobernar. La jugada táctica de CFK al armar la fórmula es un modo de saltar la valla que le impide competir mano a mano con el Presidente.

 

 

Cambiemos con Macri, los K con la fórmula Fernández-Kirchner (el Fernández-Fernández es un gambeta de su pasado), Consenso 19 con Lavagna, Alternativa Federal con Schiaretti o Urtubey, Massa buscando su lugar... Todas las estrategias valen para intentar llegar a la Casa Rosada.

 

 

 

El terremoto que provocó la jugada de Cristina Fernández de Kirchner no sólo le ha empezado a dar rédito en las encuestas, sino que ha provocado un temblor político que afecta a propios y a adversarios. ­La mentada polarización puede desvanecerse hasta transformarse en un mano a mano, un truco gallo o un triángulo de cuatro.

 

 

Acusaban a la Corte Suprema de haber "votado" por Cristina Fernández Kirchner, pero el proceso contra la ex mandataria sigue su curso. Mientras tanto, en Cambiemos los radicales quieren forzar un cambio para diluir el manejo hegemónico del titular del Ejecutivo. Sin embargo, a lo sumo sólo conseguirán hacerlo ir a las PASO.

 

 

Al lanzar ahora su convocatoria resumida en 10 puntos, el gobierno confiesa en verdad que necesita esa base amplia para completar el período y abrir sostenidamente una nueva etapa, que pueda continuar después del comicio, sea quien fuera el presidente electo.

 

 

La Casa Rosada cree que ha dado con una estrategia para detener la avanzada del dólar. La imagen de Mauricio Macri está supeditada a los vaivenes de la cotización de la moneda estadounidense. Superar la crisis de confianza que viven los mercados es el desafío para pensar en un segundo mandato presidencial.

 

 

El plan oficial no sólo está expuesto a examen en el día a día, sino que el gobierno debe ya empezar a explicar qué propone para el día después. Y a pensar a qué medicina de urgencia puede recurrir el día menos pensado.

 

 

Si se estudia con atención y sin preconceptos los resultados electorales provinciales ofrecen indicios más ricos que muchas encuestas para palpitar la pulseada política nacional de octubre y noviembre.

 

 

Para el partido fundado por Macri ya no se trata, por otra parte, de confrontar prioritariamente con interlocutores del kirchnerismo, sino de potenciar sus lazos con los radicales. Francisco aguarda el fin de la crispación social para visitar su país.

 

 

El Gobierno empieza a darse por enterado de que hay un malestar creciente en la calle y alcanza a su propio público. La actitud presidencial de afrontar con vehemencia estos momentos especialmente aciagos es probable que no sea suficiente para recuperar terreno perdido.

 

 

La situación política comenzó a dar señales de tomar velocidad. La polarización entre Cambiemos y el kirchnerismo va quedando relegados en algunos distritos. En otros, la división entre la Casa Rosada y la UCR se hace evidente y en el medio surge la figura de Lavagna y la invitación para que Bergolgio llegue al país.

 

 

El comicio que el próximo domingo decidirá quién ha de ser el próximo gobernador de la provincia de Neuquén inaugura en la práctica el año electoral.

 

 

Mauricio Macri dará su discurso ante la Asamblea Legislativa. quizás se incline por hablar como candidato a la reelección más que como presidente que transita su cuarto año de gestión. También apelará a la crisis venezolana para ensanchar la brecha que tanto alimenta en su compulsa con Cristina Kirchner.

 

 

La derrota de Carlos Javier (El Colorado) Mac Allister en la interna de Cambiemos de la provincia de La Pampa para nominar al candidato del oficialismo nacional a la gobernación representó una señal ominosa para los estrategas de Balcarce 50.

 

 

Para beneplácito del Gobierno, los medios más influyentes han desplazado de sus pantallas y sus primeras planas las amarguras que suele deparar la economía. Se multiplican las noticias sobre crímenes y delitos, el avatar venezolano que el oficialismo ha conseguido instalar propagandísticamente como contracara y, por cierto, sobre la temática de la corrupción K.

 

 

Los fuertes liderazgos de Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner obligan al peronismo alternativo a diseñar estrategias para posicionarse como tercera opción. Otras fuerzas progresistas de oposición también juegan su partido tratando de encontrar un candidato. Si Lavagna va a ser candidato, sólo lo será de una coincidencia de esa naturaleza.

 

 

La decisión de la Casa Rosada de no desdoblar el comicio bonaerense, interpretada a dúo con la gobernadora, despejó una de las incógnitas principales de cara al proceso electoral de octubre.

 

 

El Gobierno decidió imponer por decreto de necesidad y urgencia una iniciativa que impulsó ya cinco años atrás el renovador peronista Sergio Massa. La única diferencia es el formato legal: aquél era un proyecto de ley, mientras el Ejecutivo prefirió la vía del decreto. ­ En tanto que una salida de baja violencia a la crisis venezolana necesitará más jugadores.

 

 

Tanto uso de la urna no es necesariamente sinónimo de democracia plena. Según el estudio más reciente sobre el tema de The Economist Intelligence Unit, Argentina es una "democracia defectuosa"

 

 

La política internacional no es un juego de visitas sino una tarea colectiva que se hace en casa. El país debe afrontar esos desafíos acelerando reformas que impulsen el incremento de su productividad, ofrezcan seguridad jurídica a mediano y largo plazo.

 

 

La Argentina no pudo con el Superclásico por la final de la Copa Libertadores, pero acoge a los principales líderes del mundo. La frustración­ del partido tuvo­ hasta ahora más­ repercusión en la­ opinión pública­ que la cumbre.

 

 

De tanto trabajar las fallas que, a los ojos de los estrategas oficialistas, fracturan la geología peronista, el Gobierno descuidó las fisuras propias de su coalición que, de improviso pero no sorpresivamente, se empiezan a dejar ver en la superficie.

 

 

Dentro de diez meses casi exactos, el 11 de agosto de 2019, las elecciones primarias definirán los candidatos que competirán en octubre por la presidencia.

 

 

Cada vez que Brasil crece, ese crecimiento económico se ve reflejado en la Argentina. En esas condiciones, convertir a la corrección política en un obstáculo para las relaciones más estrechas sería una torpeza imperdonable.

 

 

Tanto en las filas de la oposición como en el oficialismo hay miradas -si se quiere, complementarias- que prefieren que al país le vaya mal así los votantes aprenden. La misa en Luján y los incidentes en la Plaza del Congreso.

 

 

Al menos durante cierto lapso, todo indica que el ex militar se consagrará en la segunda vuelta electoral y que junto, a su par argentino, están llamados a trabajar en un espacio compartido.

 

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