Carlos Mira


La Sra. de Carlotto dijo que están preocupados por la violación de “otros derechos humanos en la Argentina”.

 

El gobierno ha decidido bajar los aranceles a la importación de computadoras para beneficiar a los consumidores y, particularmente, estimular el uso de herramientas que tengan que ver con la innovación y la creatividad.

 

La palabra “crujir” es una de las más onomatopéyicas del idioma castellano. En efecto esa primera sílaba “cru” parece imitar el ruido que emiten materiales que, de algún modo, colapsan.

 

Si la mala suerte existiera en el destino de los países, no caben dudas que la Argentina, es uno de esos lugares que nacieron estrellados, antes que con estrellas.

 

Es curiosa la perspectiva que la Sra. Fernández tiene sobre la comisión de delitos, la responsabilidad que pueda caber sobre ellos y las argumentaciones que puedan darse para explicar, justamente, que allí donde se pensaba que había una violación a la ley, en realidad no había nada.

 

No es necesario ser demasiado analítico para demostrar que, a casi un año de iniciar su gobierno, el presidente debe estar disconforme con los resultados alcanzados.

 

El gobierno está intentando salir de un pantano aplicando el mismo tipo de medidas que hicieron que termináramos en un pantano. Se trata de la perfecta definición de esquizofrenia: pretender obtener resultados diferentes haciendo lo mismo.

 

No hay dudas de que el peronismo ha ingresado en su típica etapa de “animus jodendi”, es decir esa instancia en donde pone en marcha toda su capacidad de joder a la gente con el objetivo de esmerilar la paciencia de todos para que ese estado de ánimo impacte en la percepción general frente al gobierno y en la opinión que todos se van formando de él.

 

Milagro Sala debe terminar con el resentimiento y con la victimización. Debe hacerse cargo de su naturaleza violenta, lesiva de los derechos humanos y explotadora de los pobres; debe asumir que le robó al Estado para enriquecerse personalmente y para florear un poder violento, arbitrario y sedicioso que desafió el orden institucional de la provincia y que formó un ejército irregular de apretadores, estafadores y secuestradores que sembró el terror en Jujuy a la sombra de un poder central que la apañaba.

 

La salida de Prat Gay del Ministerio de Hacienda responde al mismo tipo de inconvenientes que motivaron el alejamiento de Isela Costantini de Aerolíneas: el presidente se da cuenta que hay ciertos aspectos del programa gradual del gobierno que no producen frutos a la velocidad que él los necesita.

 

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