El primero de ellos, es su posición frente al aborto. Francisco está dispuesto a flexibilizar varios puntos de la doctrina católica, pero no el aborto. Como Jefe de Gobierno porteño, Macri había tenido una actitud ambigua o incluso favorable, en función de la opinión pública de la Capital, favorable hacia el aborto, aunque el interior del país tiene otra posición.
Cuando el 24 de junio, en su discurso de clausura del Congreso Eucarístico Nacional realizado en Tucumán, dijo textualmente "me comprometo a defender la vida de la concepción", removió el problema más importante en la relación.
Ese mismo día, resolvió también el segundo: aceptó que el Episcopado es su interlocutor -como plantea el Vaticano- y que su relación no debe ser directa con el Papa, al hablar ante todo los obispos.
El tercer problema, era la posición de Macri de que la relación con el Vaticano debía ser "de estado a estado", como lo dijera más de una vez en sus primeros dos meses de gobierno. El primer encuentro, fue en dicho marco. Pero el Papa antes que un jefe de estado, es una líder moral y el jefe de una de las religiones más importantes del mundo. Dos semanas atrás, Francisco dio una señal clara, al decir que "seguía viajando con el pasaporte argentino".
Esta segunda reunión, no fue una visita de estado, sino extraoficial, abandonando Macri su posición anterior. Por último, el encuentro con el Papa, fue la primera vez que Macri en su vida pública presentó su familia "ensamblada" y no sólo su hija menor. No es casual que la visita al Papa haya sido la oportunidad para este cambio.
Pero este cambio de actitud de Macri que ha tenido una respuesta concreta por parte del Papa como se ha visto, también tiene efectos políticos.
Durante la semana pasada, en la Universidad Católica Argentina -un ámbito confesional- el martes el Rector (Fernández), acompañó a la Reina de Holanda (Máxima) y al Ministro de Hacienda y Finanzas (Prat Gay) en la presentación del programa de microcréditos y al día siguiente, estuvo presente en su mismo ámbito cuando dirigentes peronistas de distintas fracciones y un senador de izquierda (Solanas), presentaron un movimiento buscando los puntos de contacto entre la Encíclica del Papa sobre el medio ambiente y el pensamiento de Perón.
En la discusión interna dentro de la CGT respecto al paro, se impuso la postura de postergarlo, ante el encuentro de Macri con Francisco. Es así como la convocatoria del gobierno al diálogo por el trabajo y la producción, del que participaran sindicalistas y empresarios, se da en el contexto de restablecimiento de una nueva relación.
Sin que implique comprometer la opinión del Papa, una persona con acceso a él (Vera), dijo públicamente la semana pasada que el Papa había ayudado a Cristina a terminar su mandato y ahora iba a evitar un "estallido social" en el gobierno de Macri. Puede parecer una exageración, pero algunos hechos parecen confirmarlo. Buscando mantener el equilibrio, el mismo 17 de octubre, Francisco recibe a Pino Solanas, portador de un libro suyo sobre Perón y el mencionado documento, firmado por dirigentes peronistas de diversas fracciones.
El 17 de octubre, día fundacional del Peronismo, nuestra la división de esta fuerza, pero ello no impide que tanto en el Congreso como en la relación con los gobernadores, se articulen estrategias comunes. El PJ nacional presidido por Gioja, no realiza ningún acto. El bonaerense, si lo hace en el conurbano (Berisso), encabezado por Scioli y Espinoza. La fracción del Peronismo Disidente liderada por Bossio, lo hizo en Junín, con la participación de otro dirigente relevante (Domínguez). La CGT, como es tradicional, lo realiza en la localidad bonaerense de San Vicente, donde vivió Perón. El Kirchnerismo realiza su propio acto y Cristina participa por videoconferencia desde Santa Cruz. El Peronismo "pro-Macri" lo hace convocado por el titular del gremio rural (Venegas), del que participan un Ministro de la Nación (Triaca) y dos de la provincia de Buenos Aires (Ritondo y De la Torre).
Pero esta diversidad se transforma en unidad a la hora de negociar con legisladores y gobernadores, temas como el presupuesto 2017, las atribuciones del Ejecutivo en el marco de la emergencia económica, la reforma electoral, la reforma del ministerio público, el proyecto de ley para fomentar el primer empleo o el cambio de las ART. Diversidad en la expresión, pero unidad en la negociación, parece caracterizar hoy al Peronismo.
Al mismo tiempo, presionado por los sondeos y la situación del conurbano, Macri adopta medidas en las cuales chocan las urgencias electorales con las necesidades de largo plazo. Esta semana son desplegados 1200 hombres de las fuerzas de seguridad federales en cuatro partidos del conurbano, donde se librará la batalla electoral principal. En quince días, serían desplegados otros 1800 en seis partidos más, hasta llegar a la cifra de aproximadamente 7.000 hombres. Un despliegue similar comenzó hace un par de semanas en Santa Fe. Se trata de una política -que usaban los gobiernos anteriores cuando se acercaba una elección- pero que no resuelve el problema en el largo plazo.
Al mismo tiempo, dado el desarrollo del narcotráfico, el gobierno nacional decide reforzar el control de los 145 pasos fronterizos y los 13 internacionales, concentrando el mando en el Ministerio de Seguridad Nacional, con apoyo logístico de las Fuerzas Armadas.
Pero el problema es que las fuerzas requeridas para esta misión, son las que están siendo empleadas hoy en las zonas suburbanas de Buenos Aires y Santa Fe, donde en conjunto se desplegarían 10.000 hombres de las fuerzas federales. Al mismo tiempo, la fusión de los efectivos de la Policía Federal (45% del total), con la Policía Metropolitana, sigue generando crecientes tensiones.
En conclusión: Macri ha tenido una reunión más cordial con el Papa que en febrero, tras resolver los problemas que afectaban la relación entre ambos; esta situación tiene efectos políticos concretos, como la postergación del paro y la puesta en marcha del diálogo con el sindicalismo y el empresariado; el Peronismo se muestra muy dividido al conmemorar el 17 de octubre, pero esta división cambia a unidad, cuando se trata de negociar temas como el presupuesto con gobernadores y legisladores y presionado por los sondeos y las urgencias electorales, el gobierno adopta medidas en el campo de la seguridad, que muestran contradicciones con las necesidades de largo plazo.
Rosendo Fraga