James Neilson

El nuevo gobierno empezará con su ajuste para que no lo haga el mercado. Los peligros latentes y la resistencia del peronismo. El modelo que viene.

“Chocolate” usaba un sistema de financiamiento rudimentario pero bastante eficaz de la política que seguramente tiene equivalentes en muchas otras provincias y municipalidades.

Massa cuenta con los votos de muchos pobres que, si bien no se han visto beneficiados personalmente por el orden corporativista, se han acostumbrado al sistema existente

En Occidente industrializado hoy es “de derecha” simpatizar con obreros perjudicados por la globalización y “de izquierda” solidarizar con elites ilustradas.

Lo entendían muy bien Néstor Kirchner y su esposa. Antes de mudarse a la Capital Federal, decían a los impresionados por su voluntad descomunal de acumular dinero sin preocuparse por los métodos que usaban que para hacer política en serio se necesita mucha “platita”. No se equivocaba la pareja.

Es más que posible que, siendo un pragmático nato, se esfuerce por emular a Carlos Menem que, durante una década, hizo del peronismo un movimiento de centroderecha, más “neoliberal” que el radicalismo y otras corrientes.

La vicepresidenta no encuentra herederos a la altura. ¿A quién votaría la Inteligencia Artificial?

Si no fuera por la voluntad del Fondo de soportar con ecuanimidad los insultos que le tiran, la situación económica del país sería todavía peor.

A pesar del "operativo clamor", la Vicepresidenta sigue negándose a ser candidata. Sus mensajes cifrados.

De regir un sistema parlamentario, el país hubiera estado en manos de un gobierno de características muy diferentes del actual desde noviembre de 2021.

A muchos políticos les encantan las internas partidarias, lo que puede entenderse por ser la suya una actividad que atrae a personas de mentalidad competitiva, pero sucede que, para casi todos los demás, se trata de reyertas pueblerinas. Con frecuencia, los hartos de tales conflictos acusan a los participantes de anteponer sus propias ambiciones a la búsqueda de soluciones concretas para los problemas gravísimos de la gente y se preguntan: ¿por qué no pueden cerrar filas, alcanzar acuerdos y trabajar en conjunto?

Como Trump en los Estados Unidos, CFK denuncia una persecución judicial en su contra. Lawfare y puntos en común.

Los votantes argentinos ¿Verán al ajuste por venir como algo inevitable que es preciso soportar, o como otra agresión inmerecida contra la cual hay que luchar?

El ismo creado por los K pierde su fuerza. Nostalgia setentista y crisis del relato.

La vicepresidenta mantiene el misterio con su posible candidatura. Su pasión por el relato setentista.

En cualquiera de sus variantes, la futurología siempre ha sido un buen negocio. Seguirá siéndolo a pesar de que vaticinios, a menudo resultan ser fantasiosos.

Los kirchneristas embistieron contra la legalidad, afirmando que no acatarían el fallo de la Corte Suprema de la Nación.

¿Por qué suelen ser más ricos los grandes centros urbanos? Porque cumplen funciones esenciales de aplicar la inteligencia humana para coordinar actividades productivas y estimular el comercio.

En términos reales, el país es más pobre de lo que era 50 años atrás, mientras que otros de cultura parecida, como España, han visto duplicarse, o más, su ingreso per cápita.

Las razones por las que Cristina Kirchner critica la marcha de la economía como si no fuera parte del Gobierno. El factor judicial.

La UCR le apunta a Macri en la interna de Juntos Por el Cambio. ¿Se puede romper el espacio?

Puede entenderse el desconcierto que tantos sienten frente a “la banda de los copitos”. A muchos les cuesta calificar ideológicamente a los jóvenes que estuvieron a un tris de cambiar radicalmente el panorama político del país. Puesto que no saben en cuál categoría ubicarlos, ensayan definiciones que explican poco pero que les sirven para subrayar su propio desprecio por quienes procuraron asesinar a la vicepresidenta Cristina Kirchner y, mientras tanto, decirnos que no tienen nada en común con los habitantes de un submundo amenazador del que quieren distanciarse lo más posible.

El atentado a la vicepresidenta Cristina Kirchner reconfiguró el escenario político. Las dudas.

A los kirchneristas les molestan las alusiones constantes a las causas de corrupción en escala industrial que CFK protagoniza. Quisieran que los medios hablaran de otra cosa.

La vicepresidenta lanzó una demostración de fuerza para ponerle freno a la Justicia.

Lo que quieren los sindicalistas, militantes K e izquierdistas que rabian contra los “formadores de precios” es sacar provecho de la tragedia que ellos provocaron.

Massa se encontró con un escenario más complejo de lo esperado. Cómo hacer el ajuste sin enojar a Cristina Kirchner.

Para que su gestión resulte exitosa, Massa tendrá que hacer dos cosas: superar el escepticismo de los mercados y liquidar por completo la influencia de Cristina de Kirchner.

El plan del tigrense será puesto a prueba por los mercados y la inflación descontrolada. ¿Qué puede fallar o salir bien?

Estaremos pasando por el capítulo final de un largo relato de fracasos personales y colectivos o sólo se trata de una etapa más de un proceso que dista de haber culminado.

Los radicales han llegado a la conclusión de que el enemigo a batir ya no es el kirchnerismo, que creen moribundo, sino el PRO de Mauricio Macri.

Para poder triunfar electoralmente, la coalición opositora cae en la tentación de hacer promesas facilistas que no estarán en condiciones de cumplir.

Desgraciadamente para Cristina, cuánto más se esfuerce por frenar la Justicia, más peligrosa se hará la situación en que se encuentre.

Cristina Kirchner cree que oponerse al rumbo tomado por el gobierno que ella misma armó la ayudará a recuperar partes del poder político que se le ha escurrido entre los dedos.

 

El poder se ha hecho vidrioso, inasible. Si la Argentina fuera un país parlamentarista, buena parte ya estaría en manos opositoras, pero, por desgracia, sigue siendo presidencialista. 

 

Algunos opositores entienden que ganar elecciones es una cosa y gobernar con solvencia, un país tan complicado como este, es otra que suele requerir talentos muy diferentes.

 

Las razones por las que Alberto Fernández hasta hace poco se ufanaba de no tener un plan económico. Cómo puede terminar la dura negociación con el FMI. El rol de Cristina y de Guzmán.

 

Lejos de contribuir a apaciguar los mercados, el Presidente y el ministro los agitaron aún más al hacerles sospechar que la temida ruptura con el FMI podría ser inminente.

 

La según parece eterna crisis económica, que ya ha sumido a casi la mitad de la población en la pobreza extrema, ha entrado en una fase muy peligrosa.

 

En la Argentina es habitual que los políticos suelen asegurar que, si no fuera por la maldad de sus rivales, conseguirían todo lo que prometieron. 

 

Para la vicepresidenta, es cuestión de elegir entre su libertad y la democracia, de ahí la rebelión de sus adictos contra el presidente que ella misma depositó en la Casa Rosada.

 

 

El Presidente se las ingenió para dotarse de una imagen que, a ojos de quienes llevan la voz de los países occidentales, es racista.

 

 

Afirmar que “el capitalismo no dio buenos resultados” es francamente ridículo; hizo posible un grado de abundancia mayor al soñado por cualquier utopista.

 

Muchos opositores al Gobierno están más interesados en el rol que debería desempeñar Macri en la interna que en formular propuestas para el país.

 


La grieta que tanta angustia está ocasionando aquí atraviesa el mundo. Mientras que Cristina Kirchner y sus soldados se sienten afines a los regímenes de Venezuela, Cuba, Rusia, China y, en algunos casos, a los teócratas furibundos de Irán y los yihadistas de Hamas que sueñan en voz alta con un segundo holocausto, los líderes de Juntos por el Cambio son defensores ardientes del capitalismo democrático occidental que privilegian las relaciones con Estados Unidos, los países europeos, el Japón e Israel.

 

 

Nunca existe lo suficiente de algo para satisfacer las necesidades de todos.

 

 

El verdadero virus que siembra calamidades a lo ancho y largo del planeta.

 

 

Después de meses de escaramuzas que cambiaron muy poco, Cristina Kirchner cree que ha llegado la hora de emprender una ofensiva general.

 

 

Cristina Kirchner habló por muchos políticos, comenzando por ella misma, cuando aprovechó la oportunidad que le brindó una de las causas más flojas que afronta.

 

 

Si bien ha resultado ser capaz de remodelar el gobierno formalmente encabezado por el hombre que eligió, a pesar de todos sus esfuerzos, aún no ha podido reformar la Justicia.

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