Sebastián Dumont
En la política argentina hay una vieja tradición de separar el poder real de quien ejerce el cargo de Presidente de la Nación. Es más, no es sólo una alteración en lo más alto de las responsabilidades, sino que abundan hasta en los propios municipios donde, muchas veces, un intendente ejerce el cargo pero la conducción o la jefatura política está en manos de otro dirigente.
¿Cuál es la capacidad de los “aparatos” para torcer una elección? Suele establecerse el mito de la influencia de las estructuras para direccionar el voto y lograr así modificar la voluntad de un sector de los ciudadanos a partir de movidas, estrategias y sobre todo, el manejo de recursos a implementar el día de los comicios. El tema vuelve a ponerse en la agenda a partir de los resultados de la elección primaria donde Javier Milei sorprendió con sus resultados.
- “¿Cuál es tu edad?
- 24 años
- ¿A quién vas a votar?
- A Javier Milei
- ¿Por qué?
- Tengo fe que el ´chabón´ va a sacar el país adelante. Hay jóvenes que tienen que ´recatar´ laburo. Yo soy un tomador de birra -muestra una botella de cerveza- pero hay una banda de chicos que están perdidos en la droga.
- ¿Vos no te drogas?
- Nooooo, fumo marihuana... hay muchos chicos que están perdidos en la merca, la pasta base, las pastillas. ¿O no?
- ¿Y por qué? ¿No tienen esperanza?
- No, por los transas. Hay que darle ´masa´ a los tranzas (vendedores de drogas en los barrios del GBA).”
“Seguimos desorganizados y con acciones aisladas”, definió un importante intendente del Gran Buenos Aires como radiografía del momento que pasa el oficialismo. La muestra más clara la acaba de dar los anuncios de Sergio Massa, sobre todo el bono de 60 mil pesos en dos veces. A esta altura no hay uniformidad entre los alcaldes del conurbano sobre qué hacer. Más allá de cómo termine la historia sobre el particular, lo que denota es, justamente, lo marcado por el jefe comunal.
El teléfono del intendente no paraba de sonar. Las consultas se acumulaban de manera desesperante ante las versiones de que habían empezado a darse saqueos en su distrito. En medio de las tantas imágenes que se acumulaban en la pantalla de su celular, algunas no eran ni siquiera del conurbano. Pero todo servía para extender una psicosis sobre la revuelta que se gestaba en el Gran Buenos Aires y que tiene, a esta altura, más puntos oscuros que claros.
La foto llegó al celular apenas habían pasado unos minutos de las 18.30 del domingo. Las boletas apiladas en las mesas de uno de los tantos cuartos oscuros del conurbano bonaerense presagiaban lo que finalmente terminó por confirmarse horas después.
La campaña política en la provincia de Buenos Aires se suspendió. El asesinato de una niña de 11 años en Lanús a manos de moto chorros menores mostró la cara más dura de la decadencia argentina. Menores matando menores. Lo que para muchos es una sorpresa indignante y atroz, para los habitantes del conurbano es moneda corriente. Todos los días, se está a punto de llegar a un final similar.
El primer objetivo de esta elección es la subsistencia. En cada territorio, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, trabajan con ese norte. Se nota mucho en las calles y en las recorridas que pueden hacerse por los sitios más poblados de conurbano.
Son las dos de la tarde en un barrio clásico del conurbano. La hora de la siesta no es una opción, no se descansa. En la plaza se nota el periodo de receso escolar porque está más concurrida de lo habitual y se mezcla con manteras que intercambian sus productos por poco dinero. Se vive el día a día. El silencio es interrumpido por una máquina de la municipalidad que realiza una obra de asfalto, mientras que se leen los carteles del intendente local que busca su reelección. En ellos, promete un futuro mejor, a pesar de que llevar ya varios mandatos. Será, de ser elegido, su último mandato.
El manual de los intendentes para retener sus pagos.
Sergio Massa en su doble rol de ministro de Economía y pre candidato a presidente está dedicado a suturar heridos para llegar a las PASO como primera bisagra clara. En Juntos por el Cambio, las internas no aflojan y la tregua prometida por ahora no se ve con claridad. En el caso de Javier Milei, el cierre de las listas está dejando los últimos coletazos que lo han puesto en un incómodo lugar por acusaciones cruzadas sobre cómo se gestaron las candidaturas. Bienvenidos a la “realpolitik”.
Sergio Massa se dirigía a jurar como jefe de gabinete tras la crisis con el campo. En el viaje desde Tigre, donde había asumido como intendente unos meses antes, a la Casa Rosada, los cronistas que lo acompañaban le preguntaron si se trataba de un sueño cumplido. “Claro que estoy contento, pero yo quiero ser Presidente”, les respondió cuando los micrófonos se habían apagado. La anécdota que recuerda alguien que estuvo allí, es de la muchas tantas que existen en la vida del Ministro de Economía sobre sus deseos personales y políticos.
La atomización interna que vive el oficialismo ha llevado las definiciones electorales al extremo. El plazo vence el sábado a la medianoche y, si bien nadie espera que se alargue hasta ese momento, no sería mucho antes. Las versiones se multiplican y trascienden cónclaves cerrados entre los tres actores centrales de la determinación: Cristina Kirchner, Máximo Kirchner y Sergio Massa. El orden sí altera el resultado.
Las respuestas que se esperan con ansiedad en el mundo de la política no tendrán respuesta en las próximas horas. Habrá que esperar, al menos, hasta la semana que viene. El plazo de cierre para la presentación de las candidaturas es el 24 de junio, donde se irá de lo macro a lo micro. Se asiste a la semana de mayor nerviosismo en el sistema y, al mismo tiempo, en el más alejado de los intereses de la mayoría.
El próximo jueves 25 se van a cumplir veinte años de la llegada del kirchnerismo al poder nacional. Habrá movilización para recordarlo pero ya sin el principal ingrediente que era el pedido para que Cristina Kirchner sea candidata. Ella lo tuvo que reiterar por cuarta vez desde diciembre pasado.
Todas las miradas de la política se han posado esta semana en la interna del PRO y sus posibles derivaciones en Juntos por el Cambio. El discurso de la unidad garantizada de la coalición ha entrado en zona de turbulencias. La decisión de Horacio Rodríguez Larreta en la convocatoria electoral para la ciudad de Buenos Aires es el comienzo y no el fin de la tensión propia y necesaria para alumbrar nuevos liderazgos. De todas maneras, estos no se construyen con sólo golpear sobre la mesa.
“Desde hace un tiempo importante, una pregunta sobrevuela distintos ámbitos: ¿Cuándo explota esta situación compleja que vive la Argentina? Quizá sea tiempo de dejar atrás el interrogante y pensar que esto ya ocurrió de una manera distinta a la que conocimos como la principal crisis desatada desde diciembre de 2001. Suele esperarse para certificar que la complejidad social y económica ha llegado a su límite, reacciones violentas como los saqueos generalizados. Pero no. El hecho que no sucedan no son sinónimo hoy de la degradación a la que ha arribado la Argentina en todas sus capas sociales. Es en este nuevo contexto que deben moverse los aspirantes a conducir los destinos nacionales, provinciales y locales. Y es un desafío adicional para los sindicatos tradicionales”.
Mauricio Macri sacudió la habitual tranquilidad de la mañana dominguera al anunciar que no será candidato a presidente en las próximas elecciones. Lo hizo por medio de un video en las redes sociales donde exaltó al trabajo en equipo y se alejó de los liderazgos mesiánicos. Inmediatamente, estallaron las interpretaciones sobre algo muy claro que es el paso al costado electoral que da el ex presidente.
El psicólogo social francés del siglo XIX, Gustave Le Bon, en su trabajo "Psicología de masas", de 1895 aseveró algo tan actual que preocupa. El mundo ha evolucionado en tantas aristas, sin embargo, en el comportamiento de las sociedades, anidan características tan parecidas más de un siglo después. "Las masas nunca han sentido sed por la verdad. Se alejan de los hechos que no les gusta y adoran los errores que les enamoran. Quien sepa engañarlas será fácilmente su dueño; quien intente desengañarlas, será siempre su víctima", escribió.
No es inocuo el enojo de Cristina Kirchner por el trascendido sobre lo que habría dicho Alberto Fernández en un off de récord sobre su nueva tarea. Se trata, previo a la hernia lumbar, de terminar con el cristinismo que hoy está basado territorialmente en La Cámpora y en determinados distritos del Gran Buenos Aires.
Los próximos dos días tendrán a Cristina Kirchner como centro de la información política. Este jueves se conocerán los fundamentos del fallo por el que la condenaron en la causa conocida como "vialidad" y mañana reaparecerá en público cuando brinde una charla en la Universidad de la provincia de Río Negro. Todo sucederá en el marco de una aceleración muy notoria de sus seguidores más cercanos para instalar que ella debe ser candidata a presidente en las próximas elecciones, con el objetivo final de conservar la provincia de Buenos Aires.
Este 2023 se van a cumplir 49 años del paso a la inmortalidad de Juan Domingo Perón. Como el 1º de julio ya habrá iniciado la campaña rumbo a las PASO, es probable que esa fecha sea resaltada como no sucedió en los últimos 20 años.
El municipio bonaerense de Hurlingham será escenario de una de las batallas electorales más calientes en el conurbano bonaerense. La decisión del actual intendente Juan Zabaleta de regresar a la comuna luego de su paso por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación desató la ira de La Cámpora quienes pensaban en quedarse para con la comuna, a punto tal de haber realizado acciones como si nunca se terminara su interinato. Desde el intendente momentáneo, Damián Scelsi, a quien es el verdadero cerebro de la organización en el distrito y uno de los hombres más cercanos a Máximo Kirchner, Martín Rodríguez, número dos del PAMI. Cómo es la trama oculta de esta puja cada vez más compleja.
Se parte de un error mirar sólo como un daño para la posible y nunca confirmada candidatura presidencial de Sergio Massa el dato de la inflación de enero. El problema es más profundo. La complicación del aumento de los precios golpea la puerta de los intendentes que tienen que conservar sus distritos, pero además del gobernador.
Conocer detalles de ciertos movimientos que se produjeron puertas adentro del Frente de Todos en las últimas semanas llevan a concluir que Alberto Fernández, quizá tarde, se cansó de los intentos por jubilarlo antes de tiempo. Con esa idea se fueron los asistentes a la reunión del martes por la noche en la Quinta de Olivos que ofició de `contra cumbre' con la efectuada la semana pasada en el distrito de Merlo.
Se multiplican las asambleas sectoriales. La provincia de Buenos Aires es el eje de la construcción de cualquier proyecto presidencial serio. No hace falta que lo ratifique el censo publicado en las últimas horas para saberlo, aunque en él asoma la novedad del tratamiento del Gran Buenos Aires, limitado a 24 distritos.
En su libro "Conocer a Perón", Juan Manuel Abal Medina (padre) relata un episodio de finales del año 1972 cuando se definieron las candidaturas del Frejuli que competiría en las elecciones de marzo de 1973. Allí, quien había sido designado Secretario General del movimiento peronista, cuenta que luego del congreso partidario que avaló la fórmula Cámpora-Solano Lima, debía efectuarse al día siguiente, el congreso para resolver la provincia de Buenos Aires.
"¿Quién dijo que en política se dan peleas para ganar? Se pelea para tener, no para ganar". Textual respuesta que hace algunos años dio el ex secretario de comercio interior Guillermo Moreno cuando lo consultaron sobre una candidatura suya que tenía pocas chances de ser exitosa.
"Cristina no va a ser candidata", reafirma un barón del conurbano luego de escucharla el martes en Avellaneda. Si bien puede interpretarse que la Vicepresidente relativizó lo dicho tras conocerse la condena en la causa Vialidad, los jefes territoriales del peronismo bonaerense se preparan para jugar sin ella.
Otra vez, un 20 de diciembre quedará grabado a fuego en la historia de la Argentina. El motivo reciente es mucho más grato y motivó la movilización popular genuina más grande que se recuerde en la historia del país. La selección argentina, con la obtención de la copa del mundo logró lo que la política se dedicó, durante al menos 21 años, en destrozar. Del que se vayan todos nacido en aquellos últimos días del 2001 a estos tiempos de la grieta más profunda entre los políticos y la sociedad civil. El equipo de Messi y Scaloni no quiso quedar atrapado en esa lógica. Y, por primera vez en la historia de los mundiales, un Presidente no tuvo la foto con los campeones.
La euforia mundialista no permite poner pausa en el estado asambleario que invade al peronismo tras la definición de Cristina Kirchner de su alejamiento de las boletas en 2023. Desde los gobernadores y sindicalistas a los intendentes del conurbano. Con realidades disímiles unos y otros. Al igual que el impacto que les podría provocar la determinación de la vicepresidente en el escenario electoral de sus territorios.
Todo muy previsible. Salvo por la sorpresa que causó Cristina Kirchner en el final de su descargo. Sólo un puñado de su entorno tenía conocimiento de lo que iba a anunciar, que no fue producto de la improvisación.
Los políticos argentinos han demostrado las enormes dificultades que tienen para planificar programas y acuerdos de gobierno que los trasciendan. No sucede lo mismo cuando se trata de elaborar pensamientos vinculados a su propia continuidad en el poder, cuando lo ostentan, o para capturarlo, en momentos en que están alejados de él.
“Sin estabilidad macroeconómica no hay paz social, pero sin paz social no hay estabilidad macroeconómica”, esta frase fue pronunciada por Sergio Massa el 18 de agosto pasado en una reunión del Council de las Américas ante importantes empresarios. Llevaba 15 días como titular del Palacio de Hacienda y su descripción coincidía con lo que estaba pasando por esos días en el conurbano bonaerense.
Los intendentes ocuparon el centro del acto en La Plata. Les adjudicaron el campo de juego, donde la capacidad de movilización quedó a la vista. Casi una metáfora de las horas que transcurren en las que se apilan reuniones de los alcaldes del gran Buenos Aires en la búsqueda de su propia centralidad.
Entre tanta incertidumbre que sobrevuela la realidad argentina, hay algunas certezas. Una es que la dirigencia política no puede generar el insumo básico y necesario de su existencia como tal: Esperanza.
Las recientes elecciones en Brasil dejaron diversas conclusiones para mirar. Si bien ningún proceso electoral es trasladable en su totalidad de un país a otro, hay patrones de comportamiento que se verifican en contiendas de estas características que asoman como una constante, también en la Argentina.
La política argentina suele parecer muchas veces impredecible. Pero en ciertas ocasiones solo se trata de esperar el momento adecuado para que las cosas ocurran tal cual se venían planificando. Y no hablar de sorpresas o efectos inesperados.
¿Por qué razón un sector importante del peronismo bonaerense -no todo- quiere suspender las PASO? Por una razón elemental y tibiamente reconocida por ahora. Sueñan con la idea de que Cristina Kirchner sea candidata a presidente el año próximo. La opción de una presentarse a senadora está en el mazo. Pero el operativo clamor que inició La Cámpora pidiendo por su postulación ya tiene rebote en otros sectores.
La ex presidente encabeza los sondeos en el GBA, pero asoma un leve debilitamiento de su figura al ritmo de la inflación. El gobernador Axel Kicillof evita a Fernández para no quedar asociado a su gobierno y piensa en reelegirse. Los intendentes arman sus propias estrategias.
Desde hace un tiempo importante, una pregunta sobrevuela distintos ámbitos: ¿Cuándo explota esta situación compleja que vive la Argentina? Quizá sea tiempo de dejar atrás el interrogante y pensar que esto ya ocurrió de una manera distinta a la que conocimos como la principal crisis desatada desde diciembre de 2001.
La Argentina es ese extraño país donde las normas se crean para ser incumplidas. O modificadas de forma permanente según como les quepa a los intereses de uno u otro sector político. El caso más concreto es el reinicio de una discusión que asoma cada dos o cuatro años: la idea de suspender o eliminar las elecciones primarias.
Con el oficialismo cohesionado detrás de Cristina Kirchner y confiado en los resultados de Massa, las internas de Juntos por el Cambio son las que concitan la atención. El recuerdo de la interna Menem-Cafiero.
Se van acopiando las incógnitas en la investigación que la justicia federal lleva adelante por el intento de matar a Cristina Kirchner la semana pasada. A medida que avanzan las pericias y las declaraciones y se filtra el contenido de los teléfonos celulares, se agrandan las dudas.
La centralidad renovada de la vicepresidenta no anula la necesidad de una buena gestión de Sergio Massa. Ello anida en el deseo de los jefes territoriales para conservar sus terruños.
Cristina y la Justicia, Kicillof, Máximo y Massa; al final de camino, siempre la provincia de Buenos Aires.
Hace una semana, las autoridades sanitarias de Nueva York en los Estados Unidos confirmaron el hallazgo del virus de la poliomielitis en aguas residuales. De inmediato se disparó la alarma por una enfermedad que puede causar parálisis y hasta la muerte. El dato sirve como alegoría para describir lo que está sucediendo por estas horas en la política argentina.
El bautizado "efecto Massa" en su llegada al Ministerio de Economía de la Nación extiende sus tentáculos a la principal fuerza de la oposición en la Argentina, Juntos por el Cambio. La interna allí estalló luego de los dichos de Elisa Carrió que pateó el hormiguero, fiel a su estilo. En realidad, puso sobre la mesa algo que ya existía.
Primer acto: Un grupo de autodenominados mapuches le advierten al Presidente que ningún gasoducto podrá construirse si no se acuerda con ellos el paso de la obra en lo que dicen, son sus tierras. El gobernador de Neuquén acepta darles ese poder.
Las acciones del Presidente muestran una clara desconexión con la situación del país.