Joaquín Morales Solá
Solo Alberto Fernández puede salvar al último gobierno kirchnerista de convertirse en un mamarracho peor del que ya es. En efecto, una vez que Cristina Kirchner logró que el Senado se alzará contra la Constitución, resta ahora que el Presidente firme el decreto por el que designará nuevamente a la exjueza Ana María Figueroa en el lugar del que la Corte Suprema de Justicia la echó hace menos de un mes.
Los recursos que reparte Sergio Massa son producto de la emisión espuria de pesos, que es la mejor forma de aventar el fuego de la inflación
Muchos empresarios y profesionales temen que la famosa motosierra del líder libertario comience por podar el sistema político que gobierna el país desde hace casi 40 años
Ahora se explica mejor que nunca por qué el kirchnerismo intentó vanamente renovarle el acuerdo en el Senado a la jueza Figueroa
A veces, se parece al dueño de una quermés rifando artículos del hogar a precios módicos; otras veces, simula ser un filántropo dispuesto a donar su fortuna personal, aunque él es generoso solo con el dinero del Estado. Sergio Massa está preparando su futuro, haya ganado o perdido en las próximas elecciones presidenciales, e imagina ese destino de la mano de Javier Milei. El peronismo, en rigor, está entornando al líder libertario. “¿Saben cuál es la diferencia entre Massa y Milei? Ninguna”, pregunta y se responde un importante funcionario del gobierno de Alberto Fernández.
Massa reparte dinero que no es suyo para hacer campaña, Milei le pide al Gobierno que viole la ley en beneficio propio y Macri debió salir públicamente a aclarar su respaldo a Bullrich y su vínculo con el libertario
Algún día de la semana que comienza, la Cámara de Casación, la más alta instancia penal del país, decidirá finalmente si habrá juicio oral y público sobre el supuesto delito de lavado de dinero en las empresas Hotesur y Los Sauces, ambas propiedades de la familia Kirchner. Será la primera consecuencia concreta del desplazamiento de la exjueza Ana María Figueroa por decisión de la Corte Suprema de Justicia contra la porfiada insistencia de Cristina Kirchner, que quería a toda costa que esa magistrada siguiera en el cargo más allá de los 75 años, el límite etario que les impone la Constitución a los jueces para seguir en el cargo.
Cristina Kirchner y la jueza Figueroa están dispuestas a arrastrar a los tribunales hasta la vergüenza y el barro; llama la atención que no hubiera una mayoría en la Casación para reclamarle a la camarista el respeto a la ley
Cuentan que hace poco, en una comida con personas muy importantes, una de éstas le puso la mano en el brazo a Javier Milei. “¡No me toque!”, reaccionó en el acto, enojado, el candidato libertario. Mientras camina por un eventual sendero hacia el poder, Milei va sembrando anécdotas. Pero lo cierto es que no cualquiera puede ser presidente de la Nación.
Massa decidió ser generoso metiendo la mano en bolsillos ajenos, en busca de que quienes no votaron por el Gobierno en las PASO lo hagan ahora, porque el candidato les dio unos pesos en medio del vendaval inflacionario
El país vive un shock postraumático desde la gran crisis de principios de siglo. Siempre teme repetir la peor parte de aquella pesadilla colectiva. Desde entonces, cada tanto se asusta ante la posibilidad de que regresen los asaltos y saqueos a comercios y supermercados. Sucedió en los últimos días, cuando hubo, en efecto, varios robos (o intentos frustrados de robos) a comercios en Mendoza, Córdoba, Neuquén, Santa Fe, el conurbano y el interior bonaerense.
Sectores del kirchnerismo apuntan a una inverosímil confabulación entre Milei y Bullrich para explicar los ataques a supermercados y comercios
El país se asoma a un territorio desconocido, esa terra ignota que aún no ha sido explorada por el hombre (por los argentinos en este caso). Un candidato antisistema, Javier Milei, podría ser el primer presidente decidido a acabar con el régimen político que gobierna la nación política desde hace casi 40 años.
Massa descartó la posibilidad de su renuncia porque esté seguro de que cumplirá mejor con su campaña presidencial desde la condición de hombre fuerte de la administración
Fue un espectáculo inhumano y cruel. Sucedió en las vísperas de las elecciones presidenciales y significó el derrumbe de varios paradigmas del kirchnerismo. Uno de ellos consistía en que no se debe hablar de la inseguridad para no estigmatizar a la supuesta delincuencia que impulsa la crisis económica. Dicen que tampoco se debe debatir sobre el tráfico y consumo de drogas en un país estragado por los negocios y las adicciones de sustancias ilícitas.
El país se meterá en un brete complicado si los resultados del domingo conformaran a los extremos, pero la política es reacia a dejarse gobernar por la lógica y la aritmética
Nada en él es como parece. Sergio Massa anunció, solemne, que no usará dólares de las reservas para pagarle al Fondo Monetario, y salió en el acto a pedir dólares prestados. Aquella afirmación encierra una mentira. La verdad, siempre poliédrica y compleja, consiste en que no hay dólares en las reservas del Banco Central, y en que los dólares que este usa desde hace varias semanas corresponden a los encajes (es decir, a los depósitos de los ahorristas en dólares).
Resulta imposible imaginar que el Senado le conceda el acuerdo a la jueza Figueroa el próximo miércoles, cuando cumplirá 75 años, y el Presidente firme su nombramiento el mismo día; todo, a cuatro días de las PASO
¿Qué significa el nuevo ajuste de Massa? El dueto político que conforman Alberto Fernández y el ministro de Economía llevó a la Argentina al segundo puesto entre los países con más presión impositiva sobre sus ciudadanos, según una estadística de las Naciones Unidas. Este país de fantasías y paradojas es superado en su manía por crear impuestos solo por Comoras, unas desconocidas islas en el sur de África, y casi duplica en tales obsesiones tributarias nada menos que a Venezuela.
El kirchnerismo insistirá la próxima semana en renovarle el acuerdo legislativo a la jueza Ana María Figueroa y aprobar los pliegos de otros 75 magistrados y fiscales
Alberto Fernández es un primer mandatario conmovedoramente solo, como no existe memoria de otro en la Argentina
Sergio Massa quebró todos los limites conocidos para llevar la campaña a un espacio sucio y obsceno
Sergio Massa ha elegido como su enemiga electoral a Patricia Bullrich, que inauguró su campaña con un spot intransigente e implacable, que difícilmente le sea útil más allá de las PASO
El ministro de Economía y precandidato presidencial copió todas las tácticas de Néstor Kirchner, duras y tramposas, frente a los desafíos a su poder
Una mayoría social argentina se cansó del populismo y del discurso sobre las bondades de la izquierda, tal vez como consecuencia de 20 años en los que el kirchnerismo hizo las dos cosas con pésimos resultados. ¿Pruebas? Los cuatro principales candidatos presidenciales (Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Sergio Massa y Javier Milei) están muy lejos de las ideas que ejecutaron sin suerte los dos Kirchner.
Massa llegó a ser candidato después de presionar (y hasta extorsionar) a los dos principales referentes de la coalición peronista gobernante: el Presidente y la vicepresidenta; nadie confía en él, pero se ve cómo sabe usar los codos para abrirse paso
La fórmula que encabeza el ministro de Economía junto a Agustín Rossi no representa ni las ideas ni el discurso de la vicepresidenta; el peronismo dejó de preocuparse por el bolsillo de la gente común porque se convirtió en una organización política lírica
Los desmanes en Jujuy anteceden el caldo que promoverá el kirchnerismo ante una política económica ortodoxa si ganara las presidenciales cualquier fuerza política racional
La Unión por la Patria duró menos de un día. El nuevo nombre del partido kirchnerista (y peronista) perdió sentido y significado cuando Cristina Kirchner agarró el micrófono en Santa Cruz y se despachó contra sus supuestos aliados Alberto Fernández y Daniel Scioli. El Frente de Todos optó por disimular sus diferencias durante mucho tiempo; la flamante coalición peronista Unión por la Patria es, en cambio, un surtido político fisurado desde el principio.
La polémica por Schiaretti solo acentuó la pérdida de apoyo popular de la coalición opositora; los acuerdistas proyectan ahora otro tipo de alianza, menos formal
Solo en las elecciones presidenciales de 2003 hubo tanta incertidumbre como ahora. Nadie sabía entonces, y nadie sabe ahora, quién podría ser el futuro presidente argentino (o quiénes serán los dos candidatos con más probabilidades de llegar) cuando faltan cuatro meses para la primera vuelta electoral y apenas dos meses para las elecciones primarias.
Si se cristalizaran el conflicto y los insultos internos de estos días, resultaría imposible imaginar a esa coalición ganando las próximas elecciones presidenciales
Ricardo López Murphy hizo pública una cifra que solo conocían los economistas y la mantenían en reserva. Según la unanimidad de los profesionales de la economía, las reservas del Banco Central son negativas en unos 7000 millones de dólares. Es decir, el Banco Central está gastando dólares que no tiene y que saca de los encajes, que son dólares de los ahorristas.
Marijuan pidió el sobreseimiento de la vicepresidenta en la causa en la que Lázaro Báez fue acusado de haber lavado 55 millones de dólares a pesar de comprobar que hubo al menos 370 cruces telefónicos; sus nexos con Massa
Quizás la hondura de la crisis nacional, política y económica está ocultando las decadencias explícitas o implícitas. La política (y la sociedad) asume como natural, por ejemplo, que Cristina Kirchner se haya convertido en apenas la jefa de un partido político del conurbano.
No hay peor ejemplo que el de una persona sin principios ni sensibilidad que le atribuye injustamente a alguien la muerte de otra persona
Los apremios del presente suelen quitarle protagonismo a la historia. La renuncia de Cristina Kirchner a la candidatura presidencial fue un hecho histórico, en parte sepultado por los arrebatos de la volátil contingencia. Fue el final para una dinastía política en la cima misma del poder formal y real. Un tiempo político quedó definitivamente herido.
Es un país cada vez más raro. El ministro de Economía, Sergio Massa, exige la condición de candidato único del peronismo en las próximas elecciones presidenciales. ¿Estamos ante un “milagro” económico argentino? ¿Su autor merece, acaso, el mayor trofeo de la política argentina: la presidencia de la Nación? No. El viernes, la economía le asestó a Massa el golpe brutal de un 8,4 por ciento de inflación mensual. La idea de estabilizar la inflación en el 7% mensual (que ya era un número muy alto) parece ahora una utopía.
La grosería política de Aníbal Fernández (“las calles estarán regadas de sangre y de muertos si gana la oposición”) anticipó la suciedad en la que se desplegará la campaña electoral. Tal vez el ministro de Seguridad se pegó un tiro en el pie, porque la gravedad de esa frase solo es comparable con la quema del cajón de Herminio Iglesias en 1983, que condenó al peronismo a una devastadora derrota frente al radical Raúl Alfonsín.
El lamentable espectáculo que dieron todos los dirigentes de Pro indica, por un lado, que la política y la ambición son capaces de destruir las relaciones humanas más largas y entrañables que se puedan imaginar
En días recientes, el Gobierno se enteró de la peor manera (por la muerte injusta de un chofer de colectivos) de que el narcotráfico, el narcomenudeo y el consumo de drogas estalló en el violento conurbano bonaerense
El ministro es un cultor de las soluciones mágicas: así como dijo que él resolvería la gravísima situación de Rosario en solo quince días, el lunes creyó que su sola presencia acallaría la furia de quienes habían perdido a un compañero
De la Argentina como puerta de entrada del dictador ruso Putin para América Latina al apretón de manos con toqueteo del codo incluido a Joe Biden. Ni Alberto Fernández ni Biden imaginaban que una jueza de Nueva York preparaba por esas horas una demoledora sentencia contra la mala administración de Cristina Kirchner cuando nacionalizó YPF.
Su decisión desbloquea la interna de Juntos por el Cambio, que deberá esforzarse para no seguir con el espectáculo de discordias internas; el Gobierno no está bien, pero nadie sabe con exactitud hasta dónde llegará el crecimiento de Milei
Lo anunció en un video en redes sociales; la decisión sucede en momentos en que algunos dirigentes de Juntos por el Cambio le pedían que encabezara la fórmula principal de la coalición; el impacto en sus rivales
Lo anunció en un video en redes sociales; la decisión sucede en momentos en que algunos dirigentes de Juntos por el Cambio le pedían que encabezara la fórmula principal de la coalición; el impacto en sus rivales
No tienen un solo candidato con perspectivas ganadoras, no pueden ponerle freno a la creciente crisis económica y temen salir terceros en la primera vuelta de octubre de las elecciones presidenciales de este año, después de Juntos por el Cambio y de Javier Milei.
La historia reciente de la política argentina está cargada de casos de dirigentes que parecían desquiciados y que, al final, fueron desquiciados cuando llegaron al poder
Al peronismo se le está disolviendo la figura que, según varios de sus dirigentes, era la más taquillera frente a las próximas elecciones presidenciales.
La coalición gobernante exhibe casi obscenamente la falta de liderazgos no solo en el cristinismo, sino también en el peronismo en general