Con una señal de distensión y un acuerdo sellado anoche a última hora el ministro Arroyo dejó la reunión que protagonizó con una veintena de dirigentes de movimientos piqueteros que la semana pasada coparon la ciudad de Buenos Aires, 22 ciudades del interior y amenazaban con acampar frente del Ministerio de Desarrollo Social por diversos reclamos y el riesgo de potenciar mayores contagios de Covid en medio de la protesta.
"Fue una buena reunión de trabajo y avanzamos con las líneas del Potenciar Trabajo y asistencia alimentaria. Continuamos trabajando y con diálogo permanente", expresó a El Cronista de manera escueta y concreta un allegado al ministro de Desarrollo Social. No quisieron dar más detalles sobre el acuerdo pactado para descomprimir la protesta en las calles.
Durante los dos últimos días se hicieron reuniones de trabajo entre los dirigentes de la denominada Unidad Piquetera Nacional que integran más de 30 organizaciones sociales. Del lado del gobierno estaban los funcionarios de las áreas de Asistencia Crítica de la Secretaria, de Articulación de Políticas Sociales y la Secretaría de Economía Social.
Hubo momentos de tensión y una velada amenaza de los piqueteros de seguir adelante con el plan de lucha con un acampe por tiempo indeterminado. En el gobierno evaluaron los riesgos de contagio y el malhumor social que esto generaría. Finalmente, desde la Casa Rosada hubo una señal para acordar cuanto antes y despejar los riesgos.
Según confiaron a El Cronista funcionarios de segunda línea del gobierno y varios referentes de movimientos sociales el acuerdo sellado contempla el compromiso del ministro Arroyo de ampliar el programa Potenciar Trabajo que hoy alcanza a cerca de un millón de personas. El reclamo de máxima de los movimientos sociales era que la Casa Rosada reinstale el IFE que el año pasado llegó a 9 millones de personas. Pero no hubo posibilidad alguna de convencer al ministro de Economía, Martín Guzmán, para avalar esa idea. Por ahora se evaluarán casos puntuales en la apertura del Potenciar Trabajo. Es decir, no será una apertura muy masiva.
A la vez, hay una decisión del gobierno de reforzar la ayuda en los comedores escolares distribuidos en todo el país. La queja permanente de los piqueteros es que no llega la cantidad suficiente de partidas alimentarias a los barrios vulnerables y la calidad de los alimentos ha disminuido.
"Las respuestas del gobierno están lejos de los objetivos planteados, pero hay un compromiso de recomposición de los envíos de alimentos a los comedores comunitarios que atienden una emergencia alimentaria que no cede sino que se agrava por los precios de la canasta más elemental de subsistencia", dijeron los referentes de la Unidad Piquetera.
De todas maneras, lo comprometido por Arroyo será verificado en el curso de los días venideros y en el caso de no haber respuesta satisfactoria no se descarta volver a las calles o acampar por tiempo indeterminado.
En cuanto a los programas sociales, los referentes que formaron parte del acuerdo con el gobierno aclararon que "la respuesta oficial está lejos de nuestro reclamo de universalización". Sin embargo, aclararon que Arroyo se comprometió a una apertura a los casos más urgentes de gente que perdió su trabajo o sus ingresos se vieron disminuidos por las restricciones en la pandemia.
Más allá del acuerdo puntual que al gobierno le servirá para despejar la calle, evitar más contagios y frenar el malestar social, los referentes de los grupos piqueteros dejaron sentado su duro cuestionamiento a la política económica y social "dictada por el ajuste". También cuestionaron la decisión de Alberto Fernández de concentrar su gestión en el acuerdo con el FMI o el Club de París en detrimento de los trabajadores, desocupados o los jubilados.
El otro punto del acuerdo que se analizó es la vacunación total y completa con dos dosis a las 70.000 personas que atienden los comedores. Este punto quedó pendiente para ser tratado por el Comité de Emergencia que lidera la ministra de Salud, Carla Vizzotti, aunque en el gobierno daban por segura su implementación.
En el cierre del encuentro con Arroyo los movimientos sociales dejaron en pie una velada amenaza: "nadie puede soñar siquiera que saldremos de la calle hasta la solución de fondo a nuestros reclamos", dijeron a coro.
Los que formaron parte de estos acuerdos y reuniones con el gobierno estaban el Polo Obrero, el Bloque Piquetero Nacional, MTL Rebelde, Barrios de Pie, Libres del Sur, teresa Vive, el Frente Darío Santillán y los sectores duros de la izquierda como Marabunta, OLP Resistir, Mariano Ferreira y OCR, entre otros.
Desde que empezó la pandemia y la crisis económica se profundizó el gobierno ya anunció un bono de 6.000 pesos para los beneficiarios del Plan Potenciar Trabajo, hubo un aumento en los montos y cantidad de beneficiaron de la Tarjeta Alimentar y el reparto de alimentos llegó al máximo de su potencial desde el inicio de la pandemia.
En el bloque piquetero duro que ayer cerró un acuerdo con el gobierno no estaban incluidos los acuerdistas. Entre estos figuran el grupo de Los Cayetanos conformado por Juan Grabois y Esteban Castro de la CETEP; Gildo Onorato y Emilio Pérsico del Movimiento Evita; Nahuel Beibe de la Corriente Martín Fierro; Daniel Menéndez de Barrios de Pie y Juan Carlos Alderete de la Corriente Clasista y Combativa. Si bien este sector plantea algunas críticas al gobierno y el propio Grabois se muestra muchas veces enfrentado al presidente Alberto Fernández lo cierto es que se trata de un grupo acuerdista, mantiene un caudal importante de planes sociales y desde el gobierno no le retacean ayuda social.
La mayor parte de estos dirigentes tiene vínculos aceitados con funcionarios del gobierno como Fernando "Chino Navarro", el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, el propio Arroyo o el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Martín Dinatale