Domingo, 12 Febrero 2023 14:16

Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner mueven sus fichas y ponen en jaque a sus aliados - Por Rubén Rabanal

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Mueve el Frente de Todos bajo la presión de Cristina y Massa. Un dato de la provincia de Buenos Aires tiene sin dormir a la política. La inflación vuelve a complicar la estrategia del oficialismo. Carrió abre la temporada de negociación de listas. En La Pampa el cruce PRO-UCR es total. 

Comienzan a aparecer movimientos esenciales en la política que dan una señal contundente para pensar que el proceso de definiciones en Juntos por el Cambio y el Frente de Todos finalmente comenzó. Muchos de ellos, inclusive los económicos, pueden hacer eclosión esta semana dejando un panorama más claro a muchos atormentados votantes argentinos, lo que no implica que el horizonte pueda aparecer más alentador.  

La oposición tuvo que acelerar tiempos, al menos algunos de sus protagonistas, porque la realidad comenzó a correr más rápido que las estrategias que se habían programado. Entre los datos que mueven ese tablero están las proyecciones para la provincia de Buenos Aires.

Hay un peligro cierto para la oposición: desde el 10 de diciembre próximo puede haber un presidente de Juntos por el Cambio y un gobernador bonaerense del Frente de Todos. Ambas chances están en casi todas las proyecciones de consultores. Los números están circulando desde hace tiempo en todos los bunker y aunque es obvio que nada esta jugado, sobran discusiones sobre esto en JxC. De convertirse en realidad, esos números cambiarían toda la escena que la oposición y el oficialismo tenían por delante.

Ese ruido animará también la primera (y dudosa) reunión de la mesa política del Frente de Todos que se verá el próximo jueves. Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner (que estará ausente en ese convite pero enviará mensajeros y operadores) pretenden definir cuanto antes el futuro de Alberto Fernández. El presidente continúa extraviado. Tendrá cambio en la Jefatura de Gabinete con la llegada de Agustín Rossi, un leal peleado con Cristina desde hace tiempo. Al mismo tiempo el presidente no puede mostrar ni siquiera una comunicación fluida con algunos de sus ministros.

Massa continúa argumentando que un ministro de Economía no puede ser candidato (extraña ley que no conoce antecedentes al menos en la política local) y con eso logra tiempo. La vicepresidenta necesita también ese tiempo para definir armados nacionales y locales que aún no le responden. El problema para ambos es que la realidad de la economía les juega en contra. La inflación de la Ciudad de Buenos Aires dio la primera alerta sobre la situación de enero al marcar 7,3 %. Las mediciones privadas la ubican entre 5,8 y 6,1%, bien lejos de la promesa del 3,2 % que Massa hizo para abril. Ese número, además, ya se considera un imposible, algo que comenzará a confirmarse el martes cuando el INDEC publique su medición de enero.

En Juntos por el Cambio se acumularon novedades. Elisa Carrió avisó que se anotaba como candidata a presidente. La chaqueña está haciendo lo que mejor sabe: defender a sus diputados en las listas que debe negociar con el PRO y los radicales en cada provincia. Por eso la presión de una candidatura formal y no real para completar la grilla de la PASO opositora y abrir al mismo tiempo la temporada de armado de listas. Es una estrategia, aunque en versión sofisticada, muy parecida a la que supo consagrar en el radicalismo un enemigo suyo, Enrique Nosiglia, quien enseño a negociar lugares “abajo” en las listas, cuando “arriba” no había lugar para la pelea.

Alfredo Cornejo dio otra señal más que importante sobre la aceleración de tiempos en la definición de candidaturas. El mendocino se lanzó como candidato a la gobernación de su provincia, un regreso al cargo que para muchos venía cantado desde hace tiempo, y con eso definió también cuales pueden ser los caminos alternativos para el armado de fórmulas cruzadas entre radicales y el PRO. Esos cruces, en los que Cornejo podría haber tenido protagonismo, aparecen como la única solución hoy para lograr un binomio presidencial efectivo en la oposición.

En el juego mayor Horacio Rodríguez Larreta sigue asentándose y ampliando, mientras Patricia Bullrich no da señales de aflojar en sus intenciones. Mauricio Macri, de quién muchos radicales dicen que si no afloja con su estrategia de indefiniciones puede provocar un daño irreparable a la campaña, le habilitó a Bullrich a Hernán Lombardi, espada fuerte de su gobierno y ahora estratega que puede actuar tanto en la moderación como en el fuego cruzado. Fue el dato de la interna la semana pasada. Javier Milei, por su lado, mira esa escena con una extraña tranquilidad.

 Los radicales ven La Pampa como un termómetro clave para poder sentarse a presionar listas y están entusiasmados. La elección de hoy enfrenta a Martín Maquieyra del PRO, con Martín Berhongaray de la UCR y con apellido patricio en el partido, en la PASO de Juntos por el Cambio. El que gane deberá enfrentar al actual gobernador, Sergio Ziliotto, que encabeza el Frente Peronista Pampeano. Es el debut de la temporada electoral y todos tienen fichas allí: Macri, que fue a hacer campaña, la UCR y también Rodríguez Larreta que empieza a jugar su camino a la Casa Rosada.

Rubén Rabanal

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