Javier Milei le expondrá hoy por zoom su plan dolarizador a la autoridad internacional con la que más debería lidiar si fuera Presidente: el director gerente para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, ante el chileno Rodrigo Valdés, expondrá quizá por primera vez los alcances de su Plan B, para el caso que su propuesta de abandonar definitivamente el peso no pudiera avanzar por problemas políticos e institucionales.
Milei, junto con algunos de sus colaboradores, le asegurará al FMI, que en el caso que su propuesta primaria no pueda concretarse, avanzará en un ajuste fiscal del gasto público tan grande "que la casta política argentina hubiera preferido adoptar el dólar".
Según el candidato de La Libertad Avanza (LLA), "el FMI quedará convencido que sus propuestas, con nosotros, son anacrónicas y mínimas". Y que nosotros proponemos un ajuste del sector público de "más de 5 puntos del PBI", cuando lo que se negoció con el actual equipo de Sergio Massa se mantiene en un 1,9% del PBI "un nivel que igualmente Argentina no conseguirá, porque la casta no entendió el problema".
Sin embargo, Milei va por más. Asegura que su propuesta de reducción del gasto público podría ser aún mayor a ese 5% si el Congreso no aprobara su proyecto de ley de dolarización ni su primera y fundamental propuesta de reformar el Banco Central. Javier Milei tiene en mente llevar ese 5% del PBI a más del 7 u 8%. Incluso eventualmente a los dos dígitos. "Igual que la inflación", bromea a veces el candidato.
Tremendo recorte
¿Cuánto dinero alcanzaría la reducción del gasto que propone Milei? El número da algo de escalofríos. La LLA cree que es posible una reducción de las erogaciones públicas superior a los U$S 20.000 millones, los que, en caso de no tener aprobadas una ley de dolarización y reforma del Banco Central, podrían elevarse a más de 40.000 millones de dólares.
Obviamente, un nivel muy superior a los 15.000 millones de dólares pactados entre Valdés y Massa para este año, un número que, todos saben, difícilmente se logrará, y que deberá revisarse en diciembre de 2023. Cuando otro presidente esté ya electo para ocupar el sillón más importante del país.
Milei incluso va más allá y asegura al FMI que su superávit fiscal será alcanzado ya en 2024, y que además de una reducción drástica del gasto público habrá una contracción radical de la presión impositiva hacia los privados, incluyendo las legendarios retenciones al campo y la eliminación de tributos distorsivos como el que grava las transacciones financieras, popularmente conocido como impuesto al cheque.
No será un tema fácil para hablar con la gente del Fondo. Saben en Washington que los tributos al campo y a las transferencias bancarias son dos ingresos negativos para la lógica y técnica tributaria internacional, pero que son de fácil recaudación. Y que, en el caso de las retenciones, atan al país a la máxima fuente de ingresos: los dólares exportadores. Su eliminación simple y llana sería una representación de cierta irresponsabilidad fiscal.
Nada de eso asusta a Milei. Está convencido que la reducción del gasto en 5% o más, será más importante que cualquier pérdida de ingresos que favorezca a la producción y a los privados, y que en poco tiempo el país estaría creciendo y recibiendo ingresos en dólares suficientes como parte de la inversión directa que vendría a la Argentina por sus políticas de apertura económica, financiera y comercial, que cubriría cualquier faltante por una reducción impositiva.
Si Valdés y su gente quieren precisiones sobre donde bajaría el gasto público, Milei tiene preparado un gran listado de reparticiones donde avanzará. Incluyendo muchas de las cajas y vacas sagradas del sector público. Tendrá que estar preparado el candidato. Valdés, junto con el venezolano encargado del caso argentino ante el FMI Luis Cubeddu, son expertos en cuentas públicas argentinas a remo constante de descubrir fórmulas y acertijos para que el país se acerque alguna vez a las fórmulas de reducción del déficit que siempre se negocian con los funcionarios argentinos. Desde hace décadas.
Milei estará acompañado por un listado de personas que la gente del FMI, en principio, respeta. Estarán los exministro y viceministro de Economía de Carlos Menem, Roque Fernández y Carlos Rodríguez, el potencial ministro de Economía Darío Epstein, la potencial ministra de Relaciones Exteriores Diana Mondino y el copyrright del proceso dolarizador Emilio Ocampos. Además de él mismo, el principal impulsor de sus propias ideas. Aún más radicalizadas que las de sus colaboradores.
Carlos Burgueño