Al subir al avión de línea de Iberia, Mauricio Macri dejaba atrás la peor semana de sus catorce meses de gobierno. La impoliticidad de sus apóstoles y la constancia fallida de su comunicación social sólo pudo ser reflotada por dos políticos de raza: Mario Negri y Elisa Carrió.
Ambos salvaron al Presidente de los errores que sus CEOs aconsejaron avanzar “por si pasaban”, sin saber que frente a su gobierno no encuentra a un rival republicano para enmendar sino a un sabueso rabioso para morder y contagiar su enfermedad: el peronismo inorgánico.
La conferencia de prensa expuso otra vez más la imagen presidencial; la única creíble de su gobierno. Con soltura, Macri le volvió a recordar a nuestra sociedad que esta democracia había cambiado, que era distinta a los 4.381 días de kirchnerato y que él daba la cara por errores ajenos…los de su propia tropa.
Volver a España fue volver a las raíces de la Argentina.
Los brazos y lazos abiertos de la madre patria le hicieron ver a Macri que hoy es el referente de Sudamérica para Europa y para América del Norte, algo que nunca hubiera soñado de no haberse instalado el delirio de Donald Trump en la Casa Blanca.
Argentina hoy es pilar del Mercosur y sus mercados emergentes y Europa y México necesitan de ella. Hace catorce meses sólo nos conocían por Maradona y por Messi.
Hoy Mauricio Macri mundialmente torna una investidura no imaginada meses atrás y él debe comenzar a ejercer esta nueva magistratura para evitar que lo supere.
Ciertamente que al regresar se encontrará con Sergio Massa y sus traiciones de rigor, con Baradel y su trotkysmo interno en la gremial docente que juega sus últimas cartas frente a María Eugenia Vidal; con “Barrios de Pie” cortando la Avda.9 de Julio para evitar la quita de “planes trabajar” por no trabajar; con “protocolos de seguridad” de cortes de calles, puentes y rutas incumplidos por sus autoridades; por convocatorias encabezadas por Hebe de Bonafini y un kirchnerismo residual –sumada siempre la izquierda retrógrada- hacia un paro general que buscarán sea violento…etc., etc.
Marzo, mes de crisis, mes de plan de lucha para quienes no quieren el cambio.
No será un mes que la mayoría silenciosa que sí lo quiere participe desde su casa como mera espectadora.
Será tarea del gobierno saber comunicar la gravedad del “Plan de lucha”, lindante con el delito de sedición.
Ha llegado el momento de defender la democracia nuevamente.
Debajo de los errores del gobierno de Cambiemos sólo nos esperan los cocodrilos hambrientos, sedientos de venganza.
Humberto Bonanata
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Buenos Aires, Febrero 24 de 2017