Viernes, 29 Marzo 2019 21:00

Macri recibió en Mar del Plata el aire puro que necesitaba

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El famoso y mediático “Plan V” quedó sepultado este fin de semana en Mar del Plata tras el retiro espiritual de los apóstoles de María Eugenia Vidal.

 

La funcionalidad de algunos medios de la “operación desgaste” a la candidatura para la reelección de Mauricio Macri requería que, tras una reunión de fin de semana ratificatorio de la palabra y la lealtad empeñada de “Mariú” hacia su jefe político no eran necesarias para quienes los conocen a ambos, pero resultaba aclaratorio de la operación desgaste que padece Macri desde medios de comunicación que, en pena libertad de expresión, pueden delirar hasta el paroxismo.

Macri, Vidal y Larreta son un mismo cuerpo elongado territorialmente.

Representan la tripolaridad del gobierno que, a pesar de las circunstancias que todos conocemos, incluye a la “mayoría silenciosa” que no quiere volver a atrás.

Vidal no podría continuar con su revolución histórica en la Provincia de Buenos Aires (aguas, cloacas, salud, educación, higiene, seguridad, narcotráfico, obra pública, vivienda, hidráulica rutas, autopistas y toda mejora que los bonaerenses han logrado tras setenta años de abandono y utilización populista de los mercaderes del oprobio y la mediocridad-aunque triunfara- si no tuviera un Presidente de la Nación afín a su ideología que garantice “la continuidad del cambio.”

La revolución social lograda por una joven de 45 años con voluntad de hacer y aguantar “cueste lo que cueste” sólo podrá repetirse con el apoyo de un gobierno nacional que la acompañe en sus históricos cambios estructurales.

Macri reelecto presidente sin Vidal gobernadora no podría continuar con las obras de potabilización y saneamiento de aguas, prevención de inundaciones ya comenzadas a través del cambio de ríos como el Salado y el Luján, continuidad de autopistas, construcción de escuelas y equipamiento de hospitales y centros de atención primaria que nunca habían recibido en décadas.

Rodríguez Larreta aparece como el más autárquico al conducir una ciudad-Estado con el mayor P.B.I. per cápita de la Argentina.

Aunque de no tener a Macri como Presidente la explosión urbanística de Buenos Aires, sólo superada por Puerto Madero en la década de los años noventa como único logro, sin contar el Paseo del Bajo, la liberación de 27 barreras de cruce ferroviario, la creación de una nueva miniciudad en Villa Soldati tras la nueva Villa Olímpica y la edificación de escuelas en el Barrio 31 y en Villa Riachuelo, tampoco serían posibles sin el apoyo de un gobierno nacional afable con sus principios.

Quien lea nuestro diario que goza con más de 15 años y 7 meses de antigüedad podrá aseverar que no rehuimos a las críticas de los vaivenes de las políticas económicas llevadas a cabo en estos 39 meses de gobierno.

No podemos, ni debemos ignorar la crisis económica, pero después de esta, por primera vez nos quedaran para siempre trenes, cloacas, agua potable, gas, aviones, puentes, rutas, escuelas, el Riachuelo saneado, policía entrenada, veredas, ríos entubados, metrobuses, aeropuertos, relaciones internacionales reales, parques eólicos, explotación petrolera, código penal nuevo, lucha contra el narcotráfico.

No existe cohesión social en un país sin moneda, y Argentina sólo tiene una moneda de referencia: el dólar estadounidense.

Y esos vaivenes serán los principales escollos a superar por Macri para alcanzar su reelección en noviembre.

Politizar la política es la consigna.

Dejar de lado la soberbia del “mejor equipo de los últimos 50 años” es la otra.

No basta con reconocer errores y disculparse.

Basta con corregirlos.

Humberto Bonanata
www.humbertobonanata.com.ar
www.sancernigimenez.com.ar
Buenos Aires, Marzo 31 de 2019

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