Según fuentes de esa delegación diplomática, la movida se armó con mucha discreción para tener el efecto sorpresa y que no se enterara el personal jerárquico que podría anticiparse a Alfonsín. “Ya estamos cansados de la pérdida de poder adquisitivo, antes de que se incitara esta estampida de precios podíamos vivir relativamente bien, pero ahora se puso muy complicado el costo de vida”, comentan los “cabecillas” de la rebelión, que incluyó una sentada en el edificio reclamando la presencia del embajador político, quien cobra alrededor de 20.000 dólares mensuales.
Previamente, los huelguistas creían que el dirigente radical, actualmente alineado con el Gobierno de Alberto Fernández, no iba a aceptar negociar bajo esas condiciones. Sin embargo, a los pocos minutos apareció Alfonsín para escuchar las razones de esta atípica conducta del personal a su cargo. Cuando le comunicaron su reclamo de ajuste salarial, el hijo del expresidente contestó “no es un tema de mi competencia, arreglense con la Cancillería”. Le tiró el problema a Santiago Cafiero. Pero no se comprometió a hablarlo con el ministro o con algunos de sus funcionarios más cercanos.
Más allá del juicio de valor respecto a la protesta gremial en la Embajada, lo cierto es que la situación económica en España se ha puesto complicada. La inflación volvió a subir en mayo y alcanzó 8,7% interanual, es decir, 0,4 puntos porcentuales más que en abril. Este aumento se debe al alza de los precios de los alimentos y los combustibles, que avanzaron con fuerza en medición interanual a pesar de las medidas aplicadas por el gobierno español para aliviar la factura de los consumidores.
Como en varios países centrales está avanzando la inflación, Estados Unidos, Alemania, el Reino Unido, una fuente diplomática del Palacio San Martín especuló con que el reclamo en España se transforme en un efecto contagio y que en otras delegaciones diplomáticas los imiten. ¿Otro problema para Cafiero?