Es a finales de los 70 en la conferencia de Alma Ata soñamos con” Salud para todos en el año 2000, pero la cruel realidad es que lejos de alcanzar la utopía, nuestro país tiene un mapa sanitario del medioevo.
En contraste los países mas desarrollados son aquellos que no solo tienen los mejores indicadores socio-sanitarios sino que en muchos de ellos existen los mejores Sistemas Públicos de Atención. (Canadá, Países de Europa y Asia).
La explicación a este fenómeno paradojal es sencillamente que el Estado de esos países cuida de su gente y es realmente garante de la salud de sus ciudadanos
Sin ir mas lejos, en nuestra América países como Costa Rica, Chile, Uruguay Cuba aun con menores recursos que los nuestros, tienen mejores niveles de salud de su población. El Estado no puede estar ausente ni indiferente.
La Salud al igual que la Soberanía Nacional, la Justicia, la Seguridad, la Educación es una política de Estado por lo tanto es una obligación del gobierno de convocar a los consensos partidarios y al de las Instituciones representativas, superador de los intereses sectoriales para lograr un Sistema Sanitario esencialmente solidario, equitativo, integrador y transparente que priorice “la justicia social” para los 46 millones de argentinos.
Aun con el discurso del “progresismo” no alcanza para combatir la pobreza y la inequidad en la distribución del ingreso.
Para combatir este flagelo se necesita Políticas Públicas Concretas que es lo reclama el ciudadano común. Al pueblo no le interesa la discusión de políticos que están preocupados en la acumulación del poder, sino que necesita le resuelvan problemas cotidianos como tener agua potable, vivienda y trabajo dignos, alimentación adecuada, educación y atención medica para su familia.
Una política de Salud no se restringe a una ley de medicamentos genéricos, la ley antitabaco o a la de salud reproductiva, es mucho mas que eso es que cada ciudadano tenga acceso a un Sistema de Cobertura Universal de Salud que se traduzca en servicios concretos o por lo menos contar con un médico de cabecera, que no solo atienda la enfermedad sino al hombre sano con programas de prevención.
No es un problema presupuestario sino depende de una decisión política que debe privilegiar el capital mas importante que tiene una Nación el capital humano.
Es indudable que no hablamos de fuertes inversiones de tecnologías sino simplemente de acciones sencillas de bajo costo enmarcadas en la Atención Primaria de la Salud.
Asistimos a la falta de soluciones frente a la muerte de nuestros niños por desnutrición o enfermedades fácilmente evitables con medidas sencillas como una alimentación adecuada, una vacuna o una consulta oportuna.
Sin ser tremendistas las cifras nos contrastan con esta aciaga realidad.
En nuestra querida patria se mueren dos argentinos por día de tuberculosis, la mortalidad infantil en menores de 5 años alcanza a 10xmil es decir fallecen 15 niños menores de cinco por día siendo el 60 % de estas muertes evitables Aumentaron los casos de, sífilis, hepatitis, diarreas en menores de 5 años y neumonías, Tuberculosis, Sida, paludismo, dengue, fiebre amarilla etc.
Ni que hablar de los casi 2 millones de chagásicos y las parasitosis de los chicos descalzos de la Mesopotamia.
No solo las estadísticas marcan altas cifras de pobres e indigentes, sino que tiene un efecto simbiótico con el aumento de la morbi-mortalidad de los grupos más vulnerables. Una Política de Salud no se hace en base a discursos, leyes que después no se aplican, ni con frases polémicas, sino haciendo gestión que se traduzca en atención concreta de los compatriotas que están pagando con sus vidas las mas pesada de las deudas que tiene la argentina: “La deuda Social ”
MEDICO SANITARISTA
EX SUBSECRETARIO DE SALUD GCBA