El “parangón” sería equivalente al desarrollo de una patología mental en un individuo tal como una neurosis grave o peor aún como un estado border, tal cual la denominación nosológica psiquiátrica.
Y esta por demás comprobado que una sociedad enferma, afecta a quienes la componen y viceversa.
Seria demasiado complicado hacer un profundo análisis pormenorizado del problema que nos aqueja, pero al igual que con el tratamiento psicoanalítico de un paciente para “una cura” necesariamente debe remontarse a la historia del mismo.
Los argentinos deberíamos seguir por idéntico camino.
Mas complicado es aun porque se agrega a nuestros males endémicos una situación externa consecuencia de cambios mundiales profundos y en poco tiempo como la globalización o el cambio geopolítico que dejo el termino de la guerra fría donde el poder pasa por un imperio de una superpotencia.
Pero siguiendo las líneas del psicoanálisis si bien los factores externos “marcan”, el origen de nuestros males hay que buscarlos en nuestra historia y en nosotros mismos. Sin irnos a los orígenes de cómo se gesto nuestro país, que no es precisamente a lo que queremos apuntar en este artículo
Al hablar de la Argentina contemporánea haya que retrotraerse tal vez a los hechos que fueron marcando nuestra sociedad en los últimos 70 años, donde perdimos el tren de del desarrollo como nación que se estaba industrializando, comenzaba con políticas estratégicas como el desarrollo de la energía nuclear, producíamos aviones y otros productos manufacturados hechos por argentinos en fábricas argentinas.
No olvidemos que llegamos a ser la sexta economía mundial, líder en América latina y que países vecinos como Brasil o Chile que, a pesar de haber vividos situaciones similares al nuestro, tuvieron una curva ascendente y no una pendiente como la nuestra
Una de las causas de esta profunda diferencia, ha sido su marcada identidad nacional, que se ha dado en todos los estamentos de la sociedad aun en sus gobiernos mas allá del origen que fueran estos.
Construyeron un concepto de nación cosa que en nuestro caso fue totalmente inverso.
El eterno problema de las antinomias y mas profundo aun los puntos opuestos de una visión estratégica de país.
Cuando mas de dos argentinos se sientan a debatir cual debe ser el proyecto de la Argentina las posiciones son tan disímiles, que a través de la historia se ha traducido en peleas fraticidas como ejemplo unitarios y federales, peronismo-anti peronismo, progresismo o liberalismo y la famosa “grieta”, cuyo corolario traduce una falta de identidad nacional, que mas allá de lo deportivo, se traduzca en políticas de Estado que sigan una línea directriz coherente que garanticen políticas elementales.
Cualquier país que pretenda ser una nación seria debe ser en beneficio del conjunto.
.” Lo más grave que nos ha pasado fue la falta de paradigmas y de ejemplos a seguir en especial para las generaciones más jóvenes”
“. La lucha de los mismos intereses corporativos de los más poderosos, los que dicen defender a los más indefensos sigue siendo la falta de valores que defiendan los intereses del conjunto”.
Así se fueron enquistando dos de las mas terribles epidemias de nuestra época:” el sálvese quien pueda y su consecuencia; la corrupción estructural” que se introdujo como un mal endémico en nuestra sociedad. Lamentablemente fuimos perdiendo los valores que estructuran a una sociedad sana que al igual que un individuo le da sentido a su vida y el compromiso con la misma.
Lentamente como si atravesáramos las siete plagas de Egipto, con una fuerte pulsión al “tanatos social”, nos fuimos desintegrando enfrentando las mismas luchas como en el resto de nuestra historia.
La guerra de Malvinas que era para tapar un sueño trasnochado de un régimen dictatorial que se caía, la hiperinflación, los golpes de estado económicos que reemplazaron a los militares, el desmantelamiento del estado, el populismo, el fuerte endeudamiento, los capitales golondrinas, los canjes y megas canjes, la dependencia de los organismos internacionales ,la destrucción del aparato productivo, la falta de defensa de los intereses nacionales , la brutal concentración de la riqueza, la exclusión del 40% de la población ,la desocupación , el hambre, el narcotráfico, la inseguridad, los intereses de la dirigencia política y de ciertos sectores de la sociedad en cuarenta años de democracia, la violencia estructural , la decadencia de la escuela y la academia publica, la falta de un sistema de salud publica para todos, y lo que es peor la falta de valores fundamentales como la moral y la ética.
Es evidente que es esta una somera descripción de los síntomas más serios que vive nuestra Argentina de hoy.
Como no va haber inseguridad que mata y enferma donde se rifaron varias generaciones de argentinos, pero lo más lamentable es que nuestra dirigencia sigue bregando por la lucha por el poder.
Una sociedad tironeada por la falta de trabajo la inseguridad, la educación, la salud, la falta de progreso aun con un trabajo, como no va existir violencia cuando no se resuelven cosas básicas y elementales para nuestro pueblo que nos lleva inexorablemente al descrédito de las instituciones y a democracias frágiles para América Latina mientras esas condiciones no cambien.
Por eso no es de extrañarnos el aumento de enfermedades como los ataques de pánico, el stress, las enfermedades cardiovasculares, las adicciones, las depresiones, las muertes violentas etc
Una sociedad que no se pone de acuerdo en defender políticas de Estado básicas, que no es escuchada por los gobiernos de turnos, que no practica el derecho y una justicia igualitaria e independiente para todos, que no se plantea claramente un plan estratégico para los próximos 30 años, atacando las prioridades, seguiremos sufriendo enfermedad y muerte y no superaremos esta crisis que o se sale fortalecido o lleva a la desintegración.
Si bien necesitamos un psicoanálisis como sociedad, necesitamos no solo del análisis, sino de” la cura” que, al igual que en terapia, se hace con hechos cotidianos de cambios de conducta que van influir en la sociedad en su conjunto, con educación y cultura desde el Estado para crear un paradigma, un modelo, un proyecto de Nación que incluya a todos y no con discursos que por mejores que sean, la realidad no se transforme.
“Resulta imperioso que los argentinos nos encontremos a nosotros mismos y a la república perdida para volver a construir una Nación para todos sin “exclusiones”.
Medico sanitarista
ex Subsecretario de Salud de Caba