Disparen sobre Scioli
Esta resolución de la fórmula parece indicar que, pese a la presión en contra que ejercieron varios gobernadores, Daniel Scioli podrá competir en las PASO oficialistas (aunque habrá que esperar hasta el cierre del sábado, porque las maniobras para cerrarle el camino no cesaron aún). Hasta ahora las encuestas muestran a Scioli empatado con De Pedro o incluso superándolo, pero el ministro de Interior todavía no estaba confirmado como el elegido del cristinismo. La presencia de Manzur en la fórmula contribuirá con el caudal peronista del Norte Grande, que es uno de los activos políticos de la fuerza. Scioli, que seguramente llevará como candidato a vice al jefe de gabinete, Agustín Rossi, que aporta seguro una porción importante del voto peronista santafesino.
Los abanderados del cambio
En Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich ya destapó a su compañero de fórmula, el mendocino Luis Petri, un superduro admirador del salvadoreño Bukele que acompaña la actitud combativa de la Bullrich como la mano a un guante.
Horacio Rodríguez Larreta anunció que Miguel Pichetto será primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires y, de ganar la interna y la general, le ha prometido la presidencia de la Cámara de Diputados. Pichetto es un hábil y experimentado tejedor parlamentario y, en tal caso, se convertiría en un artífice central de la política de acuerdos que Larreta tiene como eje, Hasta anoche, el jefe porteño mantenía el relativo secreto sobre su acompañante. Todo el mundo descuenta que se trata de Gerardo Morales, pero Larreta probablemente quiso abrir un paréntesis para el anuncio hasta que la prensa digiera la fórmula favorita del kirchnerismo y mientras Morales corrige una situación jujeña que se desordenó en parte por cierta torpeza del gobernador.
El domingo, en tanto, se dirime la elección cordobesa, prólogo de una ofensiva de Juan Schiaretti en el plano nacional. Su mirada sobre el frente de frentes y la convergencia política de fuerzas moderadas, que muchos han dado por agotada, ingresará después de la elección cordobesa en una segunda fase.
Chaco y el silencio de los corderos
Entretanto, el domingo 18 de julio se votó en Chaco para dirimir las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, que nominaron candidaturas a gobernador y vice y a 16 bancas de diputados provinciales, además de algunos municipios. La situación política provincial estuvo completamente contaminada por la desaparición y presumible turbio asesinato de una joven, un hecho que se imputa a personajes que crecieron y financiaron su actividad política a la sombra del poder de Jorge Capitanich. El gobernador llegó al comicio jaqueado por acusaciones y por una activa movilización (principalmente en Resistencia) y no reaccionó ni con firmeza, ni con velocidad ni con eficiencia para involucrar francamente a su gobierno en la elucidación del caso, lo que determinó una fuerte reacción social en su contra que se tradujo en las urnas (y que eventualmente tendrá eco con reacciones del mismo orden, así sean de menor intensidad, en otras provincias y en perjuicio de UP, espacio en el que Capitanich ha trabajado tenazmente para alcanzar alguna candidatura mayor). Si bien en los comicios de 2019 el gobernador había hecho una elección de casi el 50 por ciento, superando a su adversario radical, Carim Peche, por poco más de 20 puntos, en estos cuatro años muchas expectativas que despertó su candidatura se han frustrado. Resistencia, la capital de la provincia, se ha convertido en la segunda ciudad con mayor pobreza de la Argentina (54 por ciento). El domingo, Juntos por el Cambio superó a la coalición de Capitanich tanto en la PASO provincial como en la de Resistencia.
Si bien en este caso se trataba de pujas internas y comicios primarios, es difícil que Capitanich consiga modificar sustancialmente la relación de fuerzas con la coalición opositora de aquí al 17 de septiembre, cuando tendrán lugar las elecciones “de verdad”, en la que estarán en disputa el Ejecutivo y el Legislativo de la provincia. Tendrá que pujar no sólo con sus adversarios directos, sino con la indiferencia y la hostilidad silenciosa de una amplia porción de la sociedad chaqueña que “vota con los pies” y se aleja de las urnas.
La elección chaqueña volvió a poner de manifiesto el descenso de la participación ciudadana que se ha observado en otras provincias. Sobre 993.000 empadronados y en condiciones de sufragar solo 528.545 (un 53 por ciento) concurrieron a las urnas, y de ellos, 47.906 votaron en blanco.
El desapego ciudadano ha crecido, por comparación con 2019, en diez de las provincias que ya votaron, pero ha descendido en cuatro (Tucumán, La Rioja, Misiones, Salta). Con todo, la mayoría (8) de esas provincias contabiliza una no-participación inferior al promedio (35 por ciento). En rigor, las que levantan marcadamente el índice de no-participación son Corrientes (47,7 por ciento), Chaco (47 por ciento), Tierra del Fuego (45,6 por ciento), Mendoza (42,5 por ciento) y Río Negro (38,4 por ciento).
El ausentismo electoral puede coexistir con el activismo y la movilización. Capitanich sufrió por las dos vías. El crimen de la joven Cecilia Strzyzowski (un “tema policial”, según el gobernador, pero íntimamente ligado a la política por el involucramiento de sectores protegidos por el poder) y el reclamo de esclarecimiento de la sociedad chaqueña no recibieron respuesta oportuna ni de Capitanich ni del gobierno nacional, cuyos funcionarios “de género” y de derechos humanos, para algunos asuntos muy diligentes, se mantuvieron en este asunto discretísimos o desaparecidos, o se consideraron no incumbentes.
Jujuy y los profetas del odio
Los sucesos de Jujuy – 170 heridos, 60 detenidos por movilizaciones, cortes de rutas, agresiones y choques violentos entre manifestantes y fuerzas policiales, intento de incendio de la Legislatura, en el marco de dos conflictos paralelos: un reclamo de los docentes y una protesta contra la reforma de la Constitución provincial- vinieron a disimular ese mutismo. Aquí sí, el secretario de Derechos Humanos se movilizó inmediatamente en avión a la provincia, le reclamó al gobernador Gerardo Morales por la represión y gestionó una declaración de circunstancias del representante para América del Sur de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Jan Harab, quien desde sus oficinas en Santiago de Chile instó a las autoridades provinciales y nacionales a investigar “todo indicio de violaciones de derechos en el contexto de las manifestaciones contra la reforma constitucional en Jujuy”.
El gobernador jujeño, nominado para acompañar a Horacio Rodríguez Larreta en el binomio que competirá con Patricia Bullrich y Luis Petri por la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio, suele ser catalogado como un moderado, “una paloma” de la coalición opositora, seguramente por su proximidad al jefe de gobierno porteño. En todo caso, Morales canta la misma letra que Larreta (dialoguismo, ampliación de las bases de sustentación, etc.) pero con otra melodía.
En principio, aplica un tempo acelerado: la reforma, que debía debatirse durante tres meses, fue despachada en 25 días. Él aplicó la idea del diálogo y el consenso en el marco de la Convención Constituyente (que, insólitamente, presidió en persona) y consiguió que el nuevo texto fuera votado por su bloque y también por el bloque peronista (los escasos convencionales trotskistas abandonaron las deliberaciones, con lo que la reforma no tuvo votos en contra). Pero ese consenso de cúpula no tuvo consistencia, dada la densidad de los derechos y obligaciones que pretendía reglar. Dar ese consenso por bueno es como tratar de alzar una cacerola tomándola de la tapa. Si hubiera escuchado con atención a quien se preparaba a ser su compañero de fórmula, habría oído a Rodríguez Larreta insistir sin descanso en que no se trata de aprobar reformas en base a una mayoría circunstancial, porque eso no dura. Se trata de conseguir una amplia base social para que los cambios tengan duración y larga vida. Por cierto, dialogar y consensuar supone estar dispuesto a renunciar a algunas pretensiones propias, hacer concesiones a las otras partes.
Morales no lo hizo de primera y tuvo que borrar con el codo algunos de los puntos de la reforma que había dado por aprobada. Esa concesión muestra que no es terco, pero probablemente no es el final del proceso. Tendrá que hacer al final y a un costo mayor lo que debe hacerse al principio.
La violencia que estalló en Jujuy ha sido considerada, tanto desde el campo kirchnerista como desde el bloque político-cultural-mediático de la oposición como “una muestra de lo que ocurrirá si la oposición triunfa en las elecciones de octubre/noviembre”. Esa coincidente pretensión adivinatoria es una amenaza, declamada desde el presunto victimario y desde la presunta víctima. Si en el primer caso se le puede asignar un objetivo extorsivo (“prepárense, si votan a la oposición”), en el segundo no se termina de comprender el propósito: ¿se trata acaso de anticiparle a la ciudadanía que ante esa resistencia de un kirchnerismo derrotado que se prevé habrá que imponer –como teme Elisa Carrió- “ un orden que no proviene de la Justicia, de la República o de la represión respetando los derechos humanos, sino en la noción de un orden en el que hay que reprimir hasta matar si es necesario”?
Las dos caras de esa frase son una profecía de guerra
En ese sentido, la melodía que interpretó el gobernador Morales en Jujuy, por más que la letra tenga fragmentos memorables, es esencialmente contradictoria con el proyecto que dibuja Larreta, no ha sido funcional a la búsqueda de un consenso y acuerdos en el centro del espectro político, sino a la lógica polarizadora de los halcones de ambos campos de la grieta.
Las tensiones que se observan en el país, donde el espíritu faccional o corporativo prevalece y alimenta la fragmentación y la desarticulación, subrayan lo que es indispensable alcanzar: una autoridad central fuerte y representativa, asentada en el encuentro, en un número de coincidencias básicas y en un espíritu de unidad nacional y justicia. Sólo de allí puede emanar un orden estable y un poder con capacidad real de hacerlo respetar.
Jorge Raventos