Miércoles, 02 Agosto 2023 14:08

¿Representa Massa una pasión por vivir entre paréntesis? - Por Carlos Berro Madero

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Las creencias que yacen en el seno del kirchnerismo son algo así como “tecnologías de salvación como se pueda”. Una suerte de truco cuasi mitológico montado por quienes tratan de entronizar falsas verdades para distraernos de los problemas que nos han causado con su fanatismo e ineficiencia, mientras luchan por un reformismo sin sustento académico alguno.

La eficacia de estas políticas “milagrosas” puede compararse al efecto placebo de ciertos remedios que no curan, pero por el simple hecho de creer en su eficacia -según aseguran muchos médicos-, producen endorfinas que disminuyen algún dolor que se padezca. 

Los resultados de algunas encuestas sobre Massa acerca de su eficacia como ministro o candidato solo exhiben la mala fe de quienes pasan por alto los verdaderos estropicios causados por una insistencia cuasi suicida en “administrar el futuro” con ideas que huelen a naftalina.

Ideas que solo han probado ser en realidad “apagaluces de pensamientos de amplios horizontes”, como diría Savater, al constituirse en avalistas de un descalabro conceptual que ha destruido la racionalidad argumentando cínicamente que lo hacen por “honestidad intelectual” (sic), y explotando las flaquezas de una sociedad arrogante que nos ha convertido en seres indignos de respecto, mientras deambulamos por el mundo mendigando ayuda con el fin de “remendar” un estilo de vida impertinente que nos resistimos a abandonar.

Los políticos a quienes hemos confiado nuestro futuro son parte de esa “identidad cultural”, sumergiéndonos en escándalos “operativos” interminables, mientras discurren airadamente acerca de los métodos adecuados para salir de nuestras recurrentes frustraciones.

Pero ¿por qué deberíamos ser nosotros una excepción a las reglas de armonía y convivencia universales? ¿Qué títulos probados o en curso evidencian que dos más dos son cinco (u otra suma estrafalaria) en vez de cuatro, por el solo hecho que así nos parezca?

Ello no ha hecho más que evidenciar nuestro convencimiento de que los conflictos entre la realidad y nuestra razón pueden ser gestionados mediante ceremonias de invocación a lo sublime, lo merecido y otras paparruchas del mismo calibre.

En ese escenario, Massa no es más “ventajita” que millones de individuos que suelen vender pescado podrido cuanta vez pretenden confirmar la dudosa validez de sus dichos.

Mientras tanto, seguimos atisbando por la mirilla de puertas que se nos cierran una y otra vez, para ver si “del otro lado” y merced a la magia de algún prestidigitador, encontraremos un camino inexplorado aún que nos permita obviar “las diligencias necesarias”.

No se ve por ahora que estas próximas elecciones PASO vayan a ser diferentes, como no lo son las encuestas y las opiniones de supuestos expertos. Porque si no aceptamos de una buena vez la invocación de “sangre, sudor y lágrimas” con la que Sir Winston Churchill movilizó a Gran Bretaña durante la Segunda Guerra, estaremos frente al mismo dilema de siempre: autenticidad o egotismo ontológico.

A buen entendedor, pocas palabras.

Carlos Berro Madero

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