Martes, 05 Mayo 2020 21:00

El ogro devastador - Por Sergio Crivelli

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La reaparición de las cacerolas antes de que el gobierno cumpliera cinco meses admite distintos diagnósticos, pero el de mayor riesgo para el presidente es el de una recuperación de la memoria. Buena parte de la clase media que había hecho posible la vuelta del kirchnerismo salió a cacerolearlo. No lo dijo ningún opositor, sino el jefe de Gabinete.

 

Ese sector votó a Alberto Fernández resentido con Mauricio Macri por el mal funcionamiento de la economía. Miró para otro lado respecto de la corrupción en la creencia de que el estatismo peronista le devolvería servicios casi gratuitos, jubilaciones sin aportes, consumo sin producción y fines de semana largos como en épocas de CFK. El regreso a un paraíso artificial que siempre termina cerrando por default.

Hoy comprueba que se equivocó. Los Fernández no sólo agravaron la precaria situación heredada, sino que amenazan el futuro de empresas y miles de puestos de trabajo con un encierro forzoso que intenta tapar la falta de un plan económico realista. Y por añadidura excarcelan a delincuentes violentos para justificar la salida de sus presos por corrupción. Detrás de la salida de Boudou se armó el motín de Devoto. El exvicepresidente es un activo tóxico del cual el peronismo no se puede desprender por obediencia al kirchnerismo. Parece que nunca van a terminar de pagarlo.

Militantes y periodistas filo "K" han pretendido ver en la pandemia una oportunidad de derrotar al capitalismo, la globalización y la economía de mercado. Pero el sueño estatista produce monstruos de ineptitud y corrupción como demostraron ciertas compras de fideos y barbijos al triple de su valor bajo gobiernos de distinto signo político. También amontona jubilados frente a los bancos a riesgo de una masacre. Con el debido respeto a Octavio Paz el argentino no es un ogro filantrópico, sino más bien devastador.

El peronismo suele denostar al sector financiero y reivindicar al productivo (sino es de soja). En esta ocasión no hizo distingos a la hora de perjudicarlos. Nadie sabe cómo va a salir del congelamiento. Tampoco cuántas empresas quedarán en pie y cuántos trabajadores desempleados. La CGT "celebró" el 1° de Mayo negociando salarios a la baja. Un sector privado cada vez más chico sigue ajustando para que el público siga gastando sin control.

Las decisiones del Presidente fueron avaladas y aplaudidas por la burocracia política propia y ajena que pretende reemplazar al capital privado en el manejo de la economía. El resultado va a ser devastador de continuarse por el actual camino. El caceroleo se armó por las excarcelaciones, pero el malestar es más profundo y lo generó el gobierno al recurrir al marketing elemental de un presidente musical o al setentismo de cotillón del Instituto Patria en lugar de armar un programa coherente. Está probado que el grueso de los votantes nativos tolera la corrupción, pero que con el fracaso económico es menos condescendiente. Que haya recuperado la memoria es negativo para el kirchnerismo, pero positivo en términos más amplios, porque sin memoria no hay futuro.

Sergio Crivelli
Twitter: @CrivelliSergio

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