La mejor foto del gobierno de Alberto Fernández es de julio del año pasado. El Presidente intentó confiscar Vicentin, pero el rechazo generalizado lo obligó a retroceder. Para justificarse alegó que había pensado que "la gente iba a salir a festejar", pero que en cambio "lo habían acusado de cosas horribles".
Una impecable postal de la improvisación, el desconocimiento, la despreocupación por las consecuencias y la irresponsabilidad con que Fernández tomó esa y otras graves decisiones de Estado. Pero con Vicentin le fue especialmente mal: erró a instancias de su vice que salió indemne, mientras él absorbía todo el costo. Lo que también explica por qué sufrió un fuerte desgaste en pocos meses, aprovechado por su vice para ganar posiciones en el tablero del poder.
Cristina Kirchner empezó hace un año controlando el Senado, pero ya extendió su imperio a Diputados como quedó a la vista con la comodidad con que hizo aprobar un fuerte ajuste a los jubilados, el único sector al que se aplican las políticas del FMI sin contemplaciones. En medio de un festival de gasto público que llevó el déficit por encima del 7%, los jubilados ya perdieron unos 100 mil millones de pesos de ingresos. Eso sólo con la suspensión por decreto de la fórmula de Macri. Con el nuevo cálculo de actualización la inflación achicará su participación en el gasto público de manera progresiva y permanente.
Para lograr esto el kirchnerismo encolumnó a todos los peronistas, entre ellos al gobernador Juan Schiaretti. El hijo de la vice será asimismo ubicado al frente del PJ bonaerense y como si con esto no alcanzara los intendentes del conurbano terminarán sometidos a su mando. Una ofensiva arrolladora.
El sablazo a los jubilados pasó en el tumulto de la despenalización del aborto. La mayoría de los medios colaboró con el camuflaje. A pesar de que se trataba de un asunto en teoría no partidario, el kirchnerismo lo vivió como un "triunfo". Ganó la votación por un margen inesperadamente amplio, porque quebró a tres legisladores que pasaron del rechazo o la abstención en 2018 al apoyo en 2020. Otros tres votos "celestes" estuvieron ausentes. Sólo dos, los de Menem y Alperovich, eran justificables. Este "triunfo" buscaba el Presidente para decir que había cumplido aunque fuera una de sus promesas de campaña. En realidad, lo consintió la vice que controla cada milímetro de la Cámara.
El avance de la vice y el retroceso del peronismo que alguna vez intentó crear un utópico "albertismo" para combatirla es consecuencia directa del fracaso de la gestión presidencial. Fernández era el único con alguna chance de balancear el poder de CFK, pero cometió equivocaciones monumentales.
Primero con la pandemia. Optó por una cuarentena dura e interminable para aumentar el control del Estado sobre la economía y la sociedad, pero la decisión provocó un desastre. Al principio funcionó en el plano sanitario: mantuvo las muertes por debajo de las 100 por millón. Pero a partir de agosto se llegó a las 400 por millón, básicamente por descuido social ya que la parálisis se volvió insoportable. La cuarentena infinita dejó de ser acatada y hoy el país enfrenta un peligro similar al de fines de marzo del 2020.
El kirchnerismo militó el encierro y calificó a sus críticos de "anticuarentena". Ahora los llama "antivacunas". Chicanas, porque sigue sin tener una estrategia consistente frente al problema. Consecuencia: los contagios rebrotaron, la vacunación masiva sigue lejos, la sociedad se rebela por más "disipación" con que la amenacen y la economía quedó destrozada.
Estados Unidos y Brasil no encerraron a su población. Tienen un alto porcentaje de muertos, pero su economía caerá en 2020 la mitad de la argentina. Argentina tuvo un mal desempeño sanitario y un derrumbe histórico del PBI. Lo peor de los dos mundos. Fernández aseguró que Macri le había recomendado privilegiar la economía y despreocuparse por los muertos. Macri lo negó. La controversia tiene todo el aspecto de las chicanas que le brotan al Presidente cuando no encuentra una salida. Es decir, casi siempre.
Pero lo que más desautorizó a Fernández y habilitó a Cristina Kirchner para empezar a darle órdenes en público fueron los gruesos errores económicos. El dólar, la pobreza, la recesión, la pérdida de empleos, la inflación. La lista de variables macro con pésimo desempeño es desoladora (ver Visto y Oído). El silencio de la política, el sindicalismo y los medios no alcanzan para disimularlos y, peor aún, no evita para la vice el riesgo de perder las elecciones de este año. Por eso dio un paso al frente. Un revés electoral haría más complicada su operación sobre la Corte y Comodoro Py, los principales objetivos en el año que acaba de comenzar. La pandemia y la economía vienen atrás en esa lista.
Sergio Crivelli
Twitter: @CrivelliSergio