Viernes, 28 Octubre 2022 07:24

Las peleas en todos los frentes generan más dudas en un escenario incierto - Por Beto Valdez

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El deterioro político del Frente de Todos y su fracaso económico generan interrogantes que se potencian frente al internismo y las diferencias profundas que exhibe Juntos por el Cambio, la coalición favorita para volver a la Casa Rosada el año próximo. Esta fotografía genera enojo en la sociedad. 

A un año de las elecciones presidenciales hay más dudas que certezas respecto a cómo va a ser el final de la administración de Alberto Fernández y de qué manera iniciaría un nuevo mandato Juntos por el Cambio. Probablemente lo único que no se discute en el mundo político es que la coalición opositora es la favorita a suceder al Frente de Todos. Pero solo se habla del envase, no del contenido. Es obvio que Horacio Rodríguez Larreta gobernaría diferente que Patricia Bullrich. Las diferencias son más matices entre halcones y palomas. 

Y encima la sociedad está muy enojada con la clase política. “Cada vez nos cuesta más que no nos corten el teléfono”, se sincera con MDZ un encuestador que mira con asombro el aumento del rechazo de la gente a contestar sondeos telefónicos via IVR (la computadora) o desde un call center con personal entrenado. “La sociedad está descreída y los que más responden son los politizados que forman parte de las minorías intensas”. Por eso la mayoría de los encuestadores perciben un crecimiento inusual de Javier Milei en sectores humildes y además muchos que expresan su disconformidad con toda la oferta electoral que asoma actualmente.

En los últimos meses se llevaron a cabo elecciones municipales en un año par que se caracteriza por no tener comicios. Un dato inquietante volvió a reaparecer, la baja concurrencia de votantes. En agosto se realizaron las elecciones municipales en Santiago del Estero y llamó la atención que, en la ciudad capital, donde más expectativas había, la participación fue del 65%. En septiembre fue el turno de Marcos Juárez. Donde volvió a ganar Juntos por el Cambio en una competencia que se nacionalizó por la injerencia del gobernador Juan Schiaretti. Pero la concurrencia fue del 69%. Y este mes paso algo peor en la localidad santafecina de Avellaneda. Solo fue a votar al nuevo intendente menos de la mitad del padrón.

La tendencia a la baja en la participación puede ser un dolor de cabeza para todos los presidenciables. “La gente no soporta más a este Gobierno pero hay un segmento determinante del padrón electoral que también está enojado con Juntos por el Cambio por las internas salvajes”, comenta otro consultor. El comportamiento de los diferentes bloques de JxC en la Cámara de Diputados fue una exhibición de internismo y diferencias profundas que no le causan gracia al electorado antikirchnerista. “No podemos desaprovechar esta oportunidad que se nos presenta para volver a ser Gobierno, pero tenemos que ganar si o si la provincia de Buenos Aires”, comenta con preocupación un intendente del PRO.

Pero el objetivo de la coalición opositora no apunta exclusivamente a recuperar la Gobernación bonaerense, sino además a realizar una buena performance en la primera vuelta para tener mayoría en Diputados y dejar al Frente de Todos con una mayoría endeble en el Senado. Previamente apuntan a dar un par de batacazos en las elecciones que se desdoblan en el interior. Se sienten seguros en Santa Fe y Entre Ríos. Ven más difícil Córdoba y Chubut.

“El próximo presidente nuestro tiene que tener más diputados, senadores y gobernadores que en la gestión de Macri, sino va a ser muy difícil gobernar con el desastre que va a dejar Alberto”, reflexiona un dirigente radical.

Mientras tanto, en el oficialismo solo se percibe la obsesión por suspender las PASO y que Sergio Massa aterrice el avión en medio de la tormenta, dejándole los problemas de fondo al que viene. Pero como no hay consensos ni siquiera dentro del kirchnerismo, cada día que pasa el desorden político de agudiza y no saben posibilidades de un acuerdo mínimo entre el presidente y su vice.

La relación está rota y prácticamente sin retorno. “Estos dos no se dan cuenta que si ganan los halcones de JxC van a tener problemas en la justicia y hasta pueden ir en cana”, se queja un intendente del conurbano ante la pelea adolescente de la fórmula que ganó las elecciones en 2019.

Y encima tampoco se ponen de acuerdo con la suspensión o no de las PASO. No solo por la negativa de Alberto, sino también por las dudas de Cristina que, según dicen en su entorno, no tiene una posición definitiva. Ella admite que tienen una orfandad de candidatos presidenciales como para ir a una primaria. Pero otros referentes consideran que se debe pensar en una competencia que los haga un poco más competitivos.

Por ahora los nombres que se escuchan son Sergio Massa y Eduardo de Pedro. Son solo especulaciones porque en el oficialismo nadie sabe a ciencia cierta cómo enfrentarán lo que queda de gestión. La incertidumbre política parece superar a la económica, pese a que todos los pronósticos son desalentadores.

Alberto “Beto” Valdez

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