La presentación que este jueves tuvieron en Berisso Axel Kicillof y Juan Grabois remarca la independencia del gobernador bonaerense con respecto a lo que supuestamente están armando La Cámpora y el massismo para el resto de la campaña presidencial del principal candidato de Unión por la Patria. 

No hay ninguna cuestión personal, ni la nueva foto conjunta entre Kicillof y Grabois representa un enfrentamiento con Sergio Massa. Lejos de eso, está el ánimo del aspirante para la reelección provincial. Sin embargo, su “falta de encuadramiento”, como le gusta expresar a Máximo Kirchner sobre él y otros dirigentes del espacio que se vieron relegados o anulados para participar de las listas de candidatos en las últimas listas, le permite darse estos “pequeños lujos”.

En Berisso, el gobernador recorrió las nuevas instalaciones de la cooperativa “Argüello” del Polo Textil del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), ubicadas en el Polígono Industrial, junto a los precandidatos a presidente Juan Grabois y a vicepresidenta Paula Abal Medina; el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, Augusto Costa; el intendente local, Fabián Cagliardi, y el referente de la Federación de Cooperativas de Costureros, Trabajadores de la Indumentaria y Sector Textil, Kevin Acebo.

Juan Grabois había lanzado su precandidatura presidencial hace dos meses en La Plata en un acto que también compartió con Kicillof. Sin embargo, el jefe del estado provincial no siempre coincide con las miradas de éste y otros dirigentes sociales, a los que cree que son parte de un sistema que sólo contiene lo que deja marginado el “capitalismo salvaje”.

Sin embargo, esta nueva foto tiene otra cara que las sonrisas de ocasión muestran. Es una nueva muestra de independencia que se observa en el centro del poder provincial que no suele ser consultada con los estrategas de campaña de La Cámpora, a diferencia de lo que debe aceptar, por ahora, Sergio Massa.

El otro competidor presidencial de la PASO, habilitado por Máximo Kirchner para “contener la fuga que tendremos por izquierda”, había notado, en la última semana, que ese aliento inicial había desaparecido. “Me quieren invisibilizar”, había reclamado públicamente al tiempo que formulaba quejas directas hacia el kirchnerismo por cierta distancia y congelamiento sufrido.

Inclusive algunos de los que creían importante hacer una PASO en la interna de Unión por la Patria creyeron que fue un error que se realizara entre contendientes con tanta disparidad. “Lo único que hará Grabois, porque no le queda otra, es rayarlo al candidato que va a quedar. Para eso, lo hubiéramos dejado correr a Daniel Scioli”, recriminó un importante militante kirchnerista bonaerense.

Por ahora, la campaña oficialista está inmersa en un mundo de contradicciones. A casi un mes de haberse “cambiado” la marca, que dejó de ser Frente de Todos para transformarse en Unión por la Patria, lo nuevo no alumbró como se pretendía y la mayoría la relaciona con “fuerzas de izquierda”.

“Es una estupidez haber cambiado la marca. La gente y la militancia no entienden nada”, le dijo a MDZ un especialista en todo lo que tiene que ver con la comunicación y que tiene un rol importante institucional en el conurbano bonaerense.

Axel Kicillof, además de ponerse por encima de todas las discusiones que atraviesan el oficialismo en la actualidad, también ratifica que ha empezado a tener cierta autonomía política. A pesar de las presiones que hubo para que fuera candidato presidencial por parte del joven Kirchner, su madre lo dejó más que en claro que no le interesaba moverlo de la provincia de Buenos Aires al no haberlo llamado una vez para pedirle que accediera al pedido de su primogénito.

Alejandro Cancelare