Opinión
Brasil, Argentina y cómo ir más allá de la confrontación - Por Jorge Raventos
Escrito por Jorge RaventosLa chirinada que activaron el último fin de semana en Brasilia algunas centenas de fanáticos bolsonaristas no llegó a ser una explosión porque los conjurados tenían la pólvora mojada, pero mostró los riesgos potenciales que asechan a una sociedad política y socialmente dividida.
El kirchnerismo y la defensa selectiva de la democracia - Por Mariano Caucino
Escrito por Mariano CaucinoEl doble discurso en materia de defensa de la democracia volvió a quedar de manifiesto a partir de los graves incidentes ocurridos en los primeros días del año en Brasil
Lo que ha ocurrido en Brasil debe ser un llamado de atención sobre los problemas que la democracia liberal está teniendo para llevar un mensaje claro a la población sobre cuáles son los valores en los que se basa y cómo funciona el sistema para, de ese modo, sacar de él lo mejor que tiene, esto es, elevar la condición social de la enorme mayoría de la población y hacerlo de una manera tal que las infaltables (y necesarias) diferencias entre los seres humanos no sean visualmente percibibles de modo autoevidente sino que, siendo todos diferentes, parezca que son todos iguales.
La tibia referencia del Papa argentino al fallido golpe de estado brasileño del domingo podría ser vista como la más clara demostración de la dificultad de hallar respuestas concretas a la crisis de las democracias.
La idea de que vivimos gobernados por una “casta” no es argentina, ni sólo latinoamericana, y si ella se ha extendido tanto, por tantas partes, casi al mismo tiempo, es porque encierra algo que en demasiados lugares se reconoce como cierto.
El kirchnerismo es incompatible con la independencia judicial. En esto, es coherente con los peores aspectos que exhibió desde su fundación el peronismo. Una de las primeras acciones que llevaron a cabo, con distintas modalidades, Perón, Menem y Kirchner fue embestir contra la Corte Suprema. Cada uno de ellos consiguió, con mayor o menor extensión, sus objetivos. La particularidad de Alberto Fernández es que lo intenta en el crepúsculo de su gobierno y sabiendo que no lo va a lograr.
Es necesario rechazar en los más firmes términos toda acción golpista que implique un ataque a las instituciones de un país hermano
Los que produjeron los disturbios en Brasilia serán identificados, juzgados y condenados
Brasil desbocado: una foto de lo que puede pasar en Argentina cuando el kirchnerismo pierda el poder - Por Rubén Lasagno
Escrito por Rubén LasagnoLos acontecimientos sociales que se llevan a cabo en Brasil tienen la génesis en un gobierno autoritario y claramente antidemocrático como el de Jair Bolsonaro, un sujeto que se resiste a perder el poder y envía a sus “simpatizantes” a sembrar el caos y desmembrar un gobierno electo en las urnas, el cual, nos guste o no, proviene de la voluntad popular.
Nadie quiere abrazar un suicidio político - Por Jorge Fernández Díaz
Escrito por Jorge Fernández DíazUn fastuoso salón del hotel Pompadour, en Fontainbleau, los dos mariscales –munidos de sus respetivos bastones de mando– se encontraron por fin a solas y hablaron sin eufemismos.
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En un día glorioso, el 1º de mayo de 1853, las provincias con enorme generosidad renunciaron a sus aduanas, que las proveían de rentas, para congregarse y constituirse en nación. Así nació la Nación Argentina, que eligió como forma de gobierno la representativa republicana federal.
“Sin libertades somos un rebaño pastoreado por hienas”.
- Antonio Escohotado
Los kirchneristas embistieron contra la legalidad, afirmando que no acatarían el fallo de la Corte Suprema de la Nación.
La renovada embestida que el presidente de la Nación y un grupo de gobernadores peronistas han enderezado contra el titular de la Corte Suprema y, por lógica consecuencia, contra el resto de los ministros de ese cuerpo, es fruto de una estrategia que delineó meses atrás Cristina Fernández y que ahora, en consonancia con el fallo que benefició al gobierno de la ciudad capital, ha cobrado más empuje y sumado al jefe del Estado no tanto por convicción como por necesidad.