Opinión

Entre Rosario y sus urgencias dramáticas y la Antártida y su potencial para inspirar promesas vanas, el presidente Alberto Fernández eligió el continente casi deshabitado de ciudadanos para lanzar una invitación a utopías futuras y heladas estilo Borgen, incumplibles la mayoría, como, por ejemplo, su candidatura presidencial. Fue el mismo día en que los vecinos de Rosario se movilizaron bajo la consigna “Rosario sangra”.

Tras la derrota en Malvinas el gobierno militar daba los pasos hacia la apertura democrática

El inicio de las audiencias en la comisión de juicio político de la Cámara de Diputados de la Nación confirma los temores que habíamos expuesto en anteriores artículos. Como el propósito formal del juicio político, es decir, la remoción de los jueces de la Corte Suprema, no ha de prosperar por falta de las mayorías en los plenos de ambas cámaras, la finalidad real es alargar lo más posible el trámite en la comisión para montar una puesta en escena con diversos objetivos: desviar la atención pública de la desastrosa gestión del kirchnerismo; crear chivos expiatorios a los que culpar por ese rotundo fracaso (parece una broma, pero han llegado a decir que la Corte es la causante de la inflación).

Arthur C. Clarke solía recomendar que los políticos leyeran menos novelas policiales y más relatos de ciencia ficción. Ese género, que de vez en cuando araña el arte, no solo provee anticipos tecnológicos y ocurrencias sobre el futuro, sino metáforas iluminadoras acerca del pasado, ideas filosóficas para el presente, apasionantes pensamientos laterales y curiosas revelaciones del inconsciente colectivo.

Hechos por orden cronológico. El 22/2/2023 Patricia Bullrich escribió un hilo de tuits. Clara y sintética. Con coraje explicó su posición. “No se puede dialogar con personas con las que no se puede dialogar, Moyano, Baradel, Zaffaroni, Aníbal Fernández… No a los tibios”.

“Toda dictadura, sea de un hombre o de un partido, desemboca en las    
dos formas predilectas de la esquizofrenia: el monólogo y el mausoleo”
 
-  Octavio Paz

Cuando despunta este año electoral persisten el faccionalismo y la polarización, un arrastre de actitudes muy complicado que estalló durante el año pasado. El faccionalismo, en efecto, ahora arrecia en las dos coaliciones que disputan el poder. Los candidatos se multiplican sin que surjan liderazgos unificantes capaces de suscitar amplias adhesiones. Por su parte, la polarización no da el brazo a torcer.

No sé si se debe a la casualidad, al insomnio de una noche de verano o al trascendido político de que Mario Firmenich fue designado, o sería designado, funcionario de la dictadura de Daniel Ortega, pero lo cierto es que durante algunas horas me dediqué a mirar algunas entrevistas a quien fuera el dirigente máximo de Montoneros.

Conforme se acercan los comicios que habrán de substanciarse en los próximos meses de agosto y de octubre, presunciones, augurios y profecías de todo tipo, tamaño y color se echan a rodar, basados en los que podríamos denominar supuestos implícitos.

Uno no sabe, francamente, si el presidente es o se hace. Aun a riesgo de escalar una serie de reclamos internacionales se monta en un avión y se dirige a una base en la Antártida en donde se jacta de la extensión soberana del territorio argentino apoyado en un suelo discutido por al menos una docena y media de países, mientras, por otro lado, se la pasa regalando a un invasor trucho extranjero enormes porciones de tierras que sin lugar a ninguna duda son argentinas.

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